CAPÍTULO 2

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Invité por mi parte a Jordan y Ashley y mi madre me hizo invitar a las chicas cursis y repipis de mi clase muy a mi pesar.

¿Por qué mamá era así conmigo? Yo se que ella quería la típica hija perfecta y yo no lo era, ni seré nunca lo suficientemente buena para ella ni para nadie.

A lo que íbamos, hice mi 12 cumpleaños en mi casa, toda decorada por dentro y por fuera a modo de fiesta para niñas pijas (idea de mi madre), cosa que yo no era. 
Me puse un vestido negro de media manga hasta un poco más arriba de la rodilla y zapatos planos ya que hacía un tiempo agradable.

Mamá preparó galletas de mantequilla con chocolate blanco que tanto me gustaban (y que ahora detesto), y compró de todo tipo de pizzas, refrescos, y de más.
Empezaron a llegar los invitados. Las primeras en llegar fueron las gemelas Mandy y Kate que llegaron cada una con un regalo en la mano.

Iban guapísimas aunque claro, no es lo mismo estar guapa que ser guapa. Algunos decían que yo era guapa pero que me sobraban algunos kilillos (según yo kilazos). La verdad era que en el fondo sabía que me iban a traer un regalo pero no me lo esperaba. Siempre querían quedar bien con todo el mundo aunque les cayera mal.

Después llegaron Fanny, Mery, Lis, Carry, Charlotte,etc.
Cada una me entregó su regalo y cada una me transmitió una falsa sonrisa.

A los 5 minutos de venir la última chica de mi estúpida clase llegó Jordan. Estaba guapísimo. Llevaba una camiseta de cuadros roja, unos pantalones negros y unos mocasines. Iba despeinado lo cual me en-can-ta-ba pero no llevaba regalo lo cual me extrañó.

+Muchísimas felicidades Sophie. Me dijo con una sonrisa en la cara

-Muchas gracias Jordan. Sonreí aún más que él.

Se lo presenté a las chicas y se quedaron estupefactas. Se podía oír a Kate decirle a Mandy que nunca había visto un chico tan guapo.
Yo sonreí y como Ashley iba a tardar un poco porque tenía clase de piano (sí, esta chica hacía de todo) nos sentamos en la mesa y empezamos a comer ya que ella no comía alimentos procesados ni grasas hidrogenádas y todo lo que había era comida basura.

Cuando salió mi madre con la tarta abrí la boca hasta más no poder. Era una tarta preciosa. Era de color blanco con un arcoiris que le daba la vuelta, subía y acababa en nubecitas. Además tenia mariposas de colores y purpurina azul. Era la tarta mas bonita que había visto en mi vida. Llevaba 12 velas de color rosa de esas que no se apagan jajajaja soplé una y otra vez y no se apagaban.

Mamá puso una ración para cada uno y ¡dios! que delicia. Era de ganache de chocolate con relleno de fresa, cobertura princesa y fondant.

En lo que nos la acabamos llegó Ashley tan guapa como siempre con su pelo rubio suelto, una falda de volantes rosa, un jersey de cuello alto blanco y zapatos planos.
Como siempre iba con una sonrisa y saludó a todos hasta que vio a Jordan y se le borró la sonrisa de la cara.

Jordan tambien estaba serio y yo desconcertada en lo que dijo Lis:

+Sophie, ¿Por qué no abres los regalos?

-Ummm está bien, dije.
Fuimos hacia la mesa donde estaban y dijo Jordan sonriendo:

+Espera! Sophie, creo que en tu cuarto hay un regalo más.
Sonreí y fui corriendo.
El regalo cupaba casi dos tercios de mi habitación (bueno no, pero como me lo había regalado Jordan lo veía así). Lo bajé por las escaleras hacia donde estaban todos y lo abrí. Era un perfecto oso de peluche de metro y medio.

No pude evitar avalanzarme sobre él y darle un súper abrazo. Él se tambaleó y todas se rieron incluyendo Ashley (no me lo esperaba, no de Ashley) entonces sentí una inmensa vergüenza.

Abrí los demás regalos, ninguno tenía comparación, que si maquillaje, que si ropa (enorme, mas grande que mi asqueroso cuerpo), que si golosinas, ¿pero que se creen que soy? ¿un puto cerdo de granja? (La verdad es que si) Asentí con una sonrisa.

El regalo de Ashley fue...bueno...fue como ella, perfecto pero no me comprensó la idea de que ella y Jordán no pararan de mirarse y sonreírse.

Sentía unas ganas tremendas de llorar, Jordan me gustaba de verdad y Ashley era mi única y mejor amiga y esto no podía estar pasando, se gustaban. ¿O eran imaginaciones mías?

Ya era tarde y se fueron todos menos Ashley y Jordan que (casualmente) se quedaron un rato y se fueron juntos. El angel de mi cabeza me decía:

-No pasa nada, no se gustan, no puede ser.
Y el demonio me decía:
Eres una puta gorda y ellos son perfectos, se tienen que gustar si o si.
Cuando se fueron eché a llorar.

Fui a secarme las lágrimas con un trapo y vi que era la rebeca de Ashley. Me sequé las lágrimas con la mano, salí corriendo a buscarla a ver si estaba cerca y para mi sorpresa vi a Jordan y a Ashley ¡¡besándose!!

Confesiones de una anoréxicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora