1 : imbécil

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NARRA MELO:

Otra vez sola en casa, como todos los días. Al menos tengo a Eme, mi perrita, esa suerte que tengo.

-¿Vamos fuera? - Le grité a Eme, enseguida se puso a mover la cola como una loca y a rodear mi cuerpo dando saltitos con las orejas hacia arriba.

-No seas impaciente. - Dije mientras me levantaba vagamente del sofá y me dirigía a mi cuarto.

Entré en él y lo observé.

Me recordaba a todo, vaya asco.

Entré, me senté en la cama y me puse las zapatillas.

Cogí mi móvil que estaba encima de la mesita de noche pero algo distrajo mi mirada.

El marco.

Dirigí mi mirada hacia ese marco y lo cogí observándolo detenidamente.

Mis cejas empezaron a agacharse y mi sonrisa desapareció, aunque en realidad nunca había estado en mi cara, lo que sé es que fue a peor.

Pasé mi mano por el marco mientras evitaba con todas mis fuerzas llorar.

Recordaba la foto perfectamente, como si fuera ayer. Yo salía riendo y mirando a Nuria mientras que ella me miraba de la misma forma, ambas estábamos de perfil y lo más sorprendente es que Juanma, mi mejor amigo, nos echó la foto sin que nos diéramos cuenta.

Él fue quien me regaló este marco días después.

Nuria es una chica bajita, pelirroja, blanca, con pecas, delgada y la mejor chica que había conocido en mi vida.
Fuimos novias durante 2 años pero rompimos hace 2 meses y no he vuelto a saber nada de ella desde entonces.

Vivíamos juntas en la casa en la que vivo yo ahora mismo, pero como era mía, ella se fue y nunca supe donde.

-Deja de torturarte Melo.- Me dije a mi misma mientras dejaba el marco de nuevo en la mesa.

¿Por qué seguía teniendo ese marco si lo único que me hacía era daño?

Era unas de las poquísimas cosas que aún conservaba de Nuria y no quería olvidarla, aún no.

Me dirigí al espejo del salón para mirarme.

Llevaba una camiseta de tirantes azul celeste, unas mallas rotas y negras y unas Vans del mismo color que la camiseta.

Tenía el pelo corto y aún así, estaba algo despeinada así que me peiné un poco con mis dedos.

Cogí la correa de Eme, la enganché a su collar, cogí las llaves y salimos de casa.

Nada más salir del portal noté el calorcito de Barcelona y a la vez el aire fresquito que daba gusto que te golpeara en la cara.

Solté a Eme y se puso a correr por el parque como una loca.

Yo, mientras, di una vuelta por ese mismo parque, caminaba muy cerca de un lago, pensando en cosas que no debía pensar.

- "Eres muy inmadura para mí, lo siento" , si claro, inmadura, imbécil... - Dije en voz baja mientras recordaba aquellas estúpidas palabras en la última discusión con Nuria.

-"No hagas esto más difícil" ¿en serio pensabas que te iba a dejar ir tan facilmente? Por lo menos intenté que te quedases conmigo aunque de nada sirviera. - Dije en voz baja mientras seguía recordando aquellas palabras.

De la rabia, le di una patada a una roca tan grande que me hice una herida en el dedo del pie.

-¡Ah! ¡Joder! - Oí a alguien gritar.

Hasta que te encontré. (Yellow Mellow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora