Capítulo 16

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XXXIX

—Deja de moverte— Murmura Baji limpiando las heridas de Chifuyu, teniendo especial cuidado para no hacerlo gruñir o gritar, sabe que Takemichi está aterrorizado y eso solo empeoraría las cosas. —¿ahora me contaras lo que pasó?

Chifuyu guarda silencio, dejando su brazo extendido caer pesado sobre la mano del humano, ocultando cualquier sentimiento que pudiera cruzar por sus ojos. El silencio se vuelve tan denso como la oscuridad, la luz azul solo les permite ver poco del otro. El oscuro convierte un quejido en un suspiro cuando Baji hace un mal movimiento.

—Estaba afuera...

—¿Cazando?— Pregunta Takemichi desde la protección del segundo piso.

Chifuyu gira un poco, encontrándose con el humano escondiéndose una vez más, como un pequeño ratón escurridizo que se asoma. Baji se interpuso en su visión, dejando claro que verlo o intimidarlo quedaba tajantemente prohibido.

—No— Respondió con tranquilidad. —La temporada de cría está por terminar, así que no es necesario cazar. Yo solo estaba tomando aire.

—¿Y alguien solo llegó y te apuntó con su linterna?— La voz de Baji contiene un sarcasmo ligero, casi imperceptible ante los oídos de Chifuyu. —Vaya...

—No es poco creíble— Añade Chifuyu. —Ha pasado antes.

—Si, es como si un humano estuviera tomando aire en la oscuridad y un oscuro llegara para comérselo.— Esta vez el cuerpo de Baji no es suficiente para detener la mirada de Chifuyu, que se encaja en Takemichi obligándolo a esconderse de nuevo. —No es poco creíble...

—Takemichi, ve a esconderte, estoy por terminar de vendarlo.

Takemichi no espera ni un segundo más, ni siquiera se esfuerza en averiguar si es una broma o no, solo acata la orden al pie de la letra, dejándolos solos suspendidos en el silencio de la noche. Baji no le presta importancia, continua con lo suyo en completa tranquilidad.

—No estoy en buenos términos con mi manada.— Dice Chifuyu de repente. —Por eso vine hasta acá.

—¿y vas a regresar cuando puedas ponerte de pie?

Chifuyu guarda un largo silencio, reacomodándose sobre las almohadas que Baji había rejuntado. Lo encara por varios segundos, con los ojos ámbar brillando poco bajo la luz azul, sus facciones tan visibles y cercanas a Baji que por un segundo tiene el impulso de tocar su rostro.

—Si te preocupa que me quede aquí... no lo haré, me iré en cuando pueda.

—¿regresaras a tu manada?— Insiste con la pregunta, fingiendo que tiene más trabajo que hacer con las vendas. —No me molestaría que te quedaras, pero dudo que soportes la luz cuando amanezca.

—No pienses en mí, Keisuke, concéntrate en que no te comeré hoy.

Baji se encoge en hombros, por fin apartándose del oscuro, sentándose sobre el suelo con los brazos recargados sobre sus rodillas. No aparta la mirada de Chifuyu, se concentra tanto en él que el oscuro es el primero quien desvía la mirada.

—¿Dónde está Naoto?

Chifuyu no responde, en cambio oculta su rostro entre la oscuridad, evadiendo la luz azul. Baji suspira, levantándose del suelo, notándose alto frente a Chifuyu, muy alto. Bastó con que el oscuro elevara la mirada para que encontrara al humano imponente, casi como un igual ante sus ojos brillantes.

—El líder me lo quitó porque apestaba a ti.

—¿Naoto?

—Yo apestaba a ti.

Oscuro [Bajifuyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora