Capítulo 43.

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-Christian -quise separarlo.

-No Jessica, he esperado por hacer esto demasiado -me tomó en brazos y me depósito en la cama-. Hmm -ronroneó-. Nuestras madres hicieron un trabajo increíble, excelente perfume -aspiró mi aroma-. Ropa interior provocadora -abrió mi bata y acarició mi cuerpo provocando que se me escapara un gemido.

-Te deseo susurré, con los ojos cerrados.

-Todavía no -pude sentir como sonreía-. Primero te haré sufrir un poco como lo has hecho tú conmigo -de un momento a otro quitó mi bata, quedando solo en ropa interior-. ¿Te he dicho cuánto adoro tu cintura? -me apretó a él-. Tus piernas recorrió mi cuerpo sensualmente con sus dedos.

-Por favor -supliqué más que excitada , con la respiración entrecortada.

-No Jessica besó mi cuello y se levantó, pude ver como se desvestía y sólo quedaba en bóxer. Volvió a posicionarse encima de mí-. Date vuelta -hice lo que me pidió y desabrochó mi sostén, sólo quedaba en bragas.

Me di vuelta y aproveché que estaba desprevenido para agarrarlo por el cuello, lo tumbé en la cama y ahora era yo la que se encontraba encima de él.

-Eso no se vale -dijo con los ojos oscurecidos, sentí su notable erección.

-Y a ti si te parece bien dejándome con ganas de más -lo besé con desesperación y lujuria.

-Es mi noche y haré lo que yo quiera -susurró en mis labios, me dejó tumbada en la cama y sujetó mis manos por encima de mi cabeza.

Empezó a recorrer con su boca todo mi cuerpo, hasta que llegó a mis pechos.

-¡Ah! -grité y así empezó mi tortura. Después de que hiciera eso repetidas veces con mis pechos, bajó hasta mi cintura y empezó a lamer y dar pequeñas mordidas que hacían que yo gimiera y retorciera de placer.

-Hmm hasta tu piel es deliciosa -Se quitó la última prenda que le quedaba y después hizo lo mismo conmigo.

-¡Christian! -grite cuando entró en mi interior de una sola embestida.

-Perdón preciosa, ya no podía contenerme -apoyó ambos brazos a lado de mi cabeza y empezó ese dulce pero placentero tormento. Se movía muy lentamente, disfrutando estar en mi interior.

-Eres tan dulce gruñó enloquecido.

Se movió más rápido, haciendo que apretara las sábanas del deleite, ya sentía mi límite, en cualquier momento me desmoronaría. Llegamos juntos al éxtasis donde tanto él como yo, disfrutábamos, se dejó caer encima de mí.

-No sabes cuánto me encantas -habló entrecortadamente.

-Eres el mejor -dije y lo besé, no podía mantener los ojos abiertos, estaba exhausta y en cuestión de segundos, el sueño me venció.

Me envolví en las sábanas, tan suaves y frescas, me coloqué boca abajo y seguí durmiendo, no por mucho tiempo ya que el olor a comida despertó mi apetito. Me levanté como un resorte de la cama, me coloqué un camisón y pantuflas.

Bajé las escaleras con mis tripas rugiendo.

-Buenos días dormilona -saludó Christian cuando entré a la cocina.
-- Hola, te levantaste muy activo.--Sonreí y me acerqué a él.
-- Esos son los beneficios que tiene el dormir alado de la mujer más hermosa, exquisita y dulce que existe.--Besó mis labios y sirvió en los platos el desayuno.
--MmmMuero de hambre.--Murmuré y serví zumo de arándano.
-- Ya está.--Colocó el plato delante de mí.
--Gracias.--Dije y devoré mi plato, esa noche me dejó con un hambre, no me malinterpreten pero en verdad moría de hambre.
Cuando ambos habíamos terminado de desayunar, me levanté y recogí los platos de la mesa y me puse a lavarlos.
--No traes nada debajo.--Dijo Christian detrás de mí y subiendo el camisón.--Parece que los platos tendrán que esperar.--Cerró el grifo y me miró.
--Primero atrápame.--Dicho esto le enjaboné la cara con lo que traía en mis manos y subí corriendo las escaleras.
--¡Jessica!--Gritó Christian enojado.
--No te acerques.--Dije cuando ya lo tenía delante de mí.
--Yo no juego con eso.--Christian me miraba amenazador.
--Pero yo si.--Me encogí de hombros, Christian aprovecho y me cargo en brazos llevándome al baño.
--¡No!--Le grité cuando tenía intenciones de meterme al agua fría.
--Lo pagarás.-- Abrió el grifo y nos metió a los dos en el agua fría, el camisón se pegaba a mi cuerpo.-- Se transparenta todo.--Y Christian volvía estar excitado.
Después de ese segundo asalto en la bañera, nos vestimos y Christian aprovechaba cualquier ocasión para besarme.
Sonó mi celular y vi en la pantalla que era Marck.
-- Hola.
-- Jessica, me voy a casar mañana.
--¿Qué? ¿Tan pronto?--Dije con el ceño fruncido.
--Haré un viaje de negocios y tendría que posponer la boda, te avise para que compren los anillos y su ropa.-- Se le podía oír estresado.
-- Claro, no hay problema, nos vemos.--Dije y corté la llamada.
-- Vamos, tenemos muchas cosas que hacer.-- Agarré mi bolso.
Christian rodó los ojos y tomó mi mano.
-- Te espera un día de compras.--Canturreé.
--Mujeres.--Dijo mirando hacia el cielo.

Parece que Cristian es adicto a ella :) vaya noche que se llevaron esté par.

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Matrimonio a cambio de Dinero I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora