Almas gemelas, donde lo primero que te dice tu alma gemela se graba en alguna parte de tu piel, como también se graban las palabras que te romperán el corazón.
Paulie solía preguntarse cuándo y cómo conocería a su alma gemela. Se lo preguntó la primera vez que conoció a Iceburg, una parte de él deseaba en un inicio que fuera Iceburg, pero conforme empezó a trabajar con él como su joven aprendiz, se dio cuenta que veía a Iceburg más como un modelo a seguir o un héroe. Realmente admiraba a ese hombre y pronto se volvieron buenos amigos, aunque en el fondo Paulie veía su relación más como de hermanos. Le gustaba trabajar con él, era realmente un hombre increíble, digno de admirar.
¿Quién sería su alma gemela? Era la pregunta interna que se hacía muchas veces, conforme fue creciendo se dio cuenta que era poco probable que viviera en Water 7.
-Mhaaaaa, es imposible que conozcas a toda la población de Water 7 cuando apenas tienes 17 años- se burló Iceburg, cuando Paulie le contó su pesar, a menudo su joven aprendiz lo sorprendía con cada cosa que decía. En cierta parte y en el fondo el joven intrépido le recordaba vagamente a una persona de su pasado, solo que Paulie era más "sensato", excepto cuando se metía en problemas por las apuestas.
Paulie quería molestarse, pero siempre terminaba asombrado y feliz cuando Iceburg solía bromear con él, aun con la cara seria. Ocasionalmente podía ver al hombre de cabellos azules mirando a la nada o con dirección al mar, con melancolía, como si extrañara algo, algo que sabía que jamás iba a recuperar... Así que hacer feliz a Iceburg era algo que lo hacía sentir bien.
Iceburg solía decirle que no se apresurara, que simplemente algún día lo conocería, que incluso no siempre era lo que uno esperaba, y si ese no fuera el caso, no debería sentirse mal, muchas personas no conocían a su alma gemela y aún así eran muy felices, él tenía la fiel convicción de que las almas gemelas no siempre garantizaban la felicidad.
-No me importa si es un ámbito romántico o no, solo quiero conocer a la persona que se supone me complementará- murmuró mientras se encogía en el sofá de la oficina de Iceburg, se suponía que tu alma gemela te complementaba con aquello que te hacía falta, muy seguido, Paulie se preguntaba ¿qué era lo que le faltaba? – la mayoría de las personas de mi edad, ya conocen a su alma gemela- dijo aún más bajo, pero aun así fue escuchado por su ¿jefe?
-Paulie no es competencia- dijo, soltando una pequeña risa.
-Decirlo es más fácil cuando ya sabes quién es- respondió el rubio con algo de resentimiento, encogiéndose más.
Cuando escucho la suave risa del hombre mayor, volteo a verlo, y una parte de él se arrepintió de lo que había dicho, Paulie podía ver que, si bien sí le había causado la risa a Iceburg, había un tinte de tristeza en su mirada, y podía ver como se tocaba el hombro. En ocasiones se preguntaba quién había sido el alma gemela del hombre y cuál había sido su historia, pero aun con el tiempo que llevaba de conocerlo le daba algo de miedo preguntar. El solía creer que tal vez Iceburg como él, aún no había conocido a su alma gemela.
Iceburg solía mirar o tocar inconscientemente donde las palabras de su alma gemela se encontraban, las palabras que "Franky" alguna vez le había dicho cuando se habían conocido, en su caso, almas gemelas no había significado nada romántico, era más amor fraternal, aquello que a Iceburg le había hecho tanta falta de niño, algo que consiguió con ayuda de Tom y Franky, y algo que había perdido en un solo día. Los días trabajando con Tom y peleando con Franky fueron los más felices de su vida. Al final, él no tenía impresas las palabras que le habían roto el corazón, y aun así lo tenía completamente destrozado.
Perder a Tom había sido algo duro, no era algo que hubiera esperado, el creía que Tom sería perdonado y seguirán siendo felices, pero luego todo se fue al carajo. Aún recuerda como miró con impotencia cómo llevaban a Tom en el tren a Ennies Lobby, sabiendo cuál sería su destino. En ese entonces estaba muy molesto con el joven de cabellos azules, pero aún tenía el consuelo de que le quedaba Franky, podrían superar lo de Tom juntos, lo que no se imaginó, fue lo que Franky hizo a continuación, debería haberlo esperado conociendo a su alma gemela. Si, perder a Tom fue muy duro, pero perder a Franky ese mismo día había sido mucho peor.
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Almas gemelas y felicidad no van de la mano
FanfictionAU de One Piece Donde las primeras palabras que te dice tu alma gemela se graban en tu piel, pero también se graban las palabras que te van a romper el corazón. Cuando se conocen Lucci obtiene sus palabras, pero Paulie no, ya que Lucci solo se comu...