•kairosclerosis• | fred weasley

CAPITULO VII: Suspiros entrecortados

Don't you (forget about me)- Simple Minds

Carina
01 de Septiembre de 1995, Grimmuald Place #12

Fred no pierde el tiempo cuando se da cuenta que lo estoy besando.

Deposita sus manos en mi cintura y tira de mí para pegarme a su cuerpo. Sus brazos se sienten increíbles rodeándome todo el torso.

Ladeo la cabeza mientras comienzo a mordisquear sin delicadeza sus labios, eso parece gustarle al gemelo porque de inmediato suspira en medio del beso.

Me quiero dar palmaditas ante ese hecho.

El Weasley no quiere quedarse atrás, así que pronto sus manos se deslizan por mi trasero, donde da un suave apretón y después toma mis muslos para alzarme sin aparente dificultad. Gimo entrecortadamente cuando siento algo duro rozar mi pantalón de pijama y Fred aprovecha eso para meter su lengua dentro de mi boca.

Me acomodo mejor cruzando mis piernas detrás de su espalda baja y mis brazos se enredan en su cuello para que una mano juegue con su cabello pelirrojo.

Como parece que las cosas no se acabarán pronto, Fred decide sentarme sobre el borde de la mesa y él se coloca estratégicamente entre mis piernas. Sube de nuevo sus manos a mi cintura, pero esta vez se cuelan debajo de la fina tela de mi blusa de tirantes.

Me estremezco por su tacto.

Sus manos eran rasposas, seguramente debido al entrenamiento de Quidditch, y se sienten aún más grandes de lo que se ven. No era de extrañarse, mi cuerpo y extremidades eran diminutas a comparación de las del pelirrojo. Era una maldita jirafa y como bien dice él, yo era una enana.

Aun así, de una extraña manera logramos encajar perfectamente.

Fred parece intuir que estoy divagando, así que una vez más sus manos ascienden. Trato de no soltar un pequeño grito de sorpresa, cuando dos de sus dedos largos juegan delineando el borde de mis senos. Porque de nuevo al estar en pijama se me había olvidado ponerme un sujetador antes de salir de mi habitación.

Mi piel entera arde por el calor del momento, mi respiración es un asco y mi frecuencia cardiaca está muy alterada.

Tras unos minutos tengo que separarme en medio de un jadeo para tomar algo de aire, abro los ojos y Fred también lo hace.

Las puntas de mis pechos se endurecen cuando noto que tiene la mirada oscurecida.

—Carina...— dice con voz ronca. Saca las manos debajo de mi blusa y alza una para acariciar mi mejilla.

—Hmmm— murmuró incapaz de decir algo coherente.

—Eres bellísima.

Si es posible, creo que me pongo más roja que su cabello.

—Bésame más.

—Un por favor no estaría mal— bromea ladeando una sonrisa.

—Cállate, jirafa y no arruines el momento— gruño desesperada por sentir sus labios una vez más sobre los míos.

—Vale, enana. Como tú quieras.

Y una vez más nuestras bocas se unen.

Hay una especie de balanceo mientras nuestros labios se mueven desenfrenadamente, yo empujó hacia delante buscando más fricción y que no exista espacio entre nosotros. En cambio, Fred me empuja hacia atrás para tener control del beso y de repente mover sus caderas entre mis piernas.

Gruño exasperada cuando una vez más me empuja hacia atrás, el gemelo ríe divertido en medio del beso.

Risa que se convierte en un suspiro entrecortado cuando me separo del beso y le doy un mordisco en el cuello.