Mientras me trato de poner la corbata mi dolor de cabeza aumenta pensando que no tendría que pasar por esto de nuevo, ¿por qué? Porque según yo mi hermana estaba lejos de aquí y no en el centro de la ciudad esperando a cenar conmigo una vez más casi un año después de todo lo ocurrido. Éstas cosas me sobrepasan en un nivel inimaginable, cosa que no me agrada.
— No te queda mal ese traje. — una voz grave me saca de mis pensamientos, haciendo que mire en el reflejo del espejo a YoonGi en la puerta viéndome a los ojos. — Deberías irte así a la escuela mañana.
— Espero que sea la última vez que lo use. — termino de atar la corbata a mi cuello y la ajusto para que quede un poco apretada y el nudo de ésta no se desate.
— ¿Crees saber el porqué volvió? — entra en la habitación y se recuesta en la cama mientras saca su celular.
— Siendo sincero, no lo sé, creí que volvería a Inglaterra con su esposo o algo, no lo esperé en lo absoluto. — camino hasta sentarme a un lado de las piernas del mayor sacando los botines de la caja y colocándomelos lo más rápido posible, ya que para mi suerte, era tarde. — No suele aparecer de la nada.
— Tal vez necesite tu ayuda, yo que sé. — miro al contrario que aún mantenía la mirada en su teléfono y solo respondía a mis palabras. — Y siempre se debe apoyar a la familia. — ¿por qué esa palabra me sonaba de más en la cabeza sabiendo que hace tiempo que no la usaba ni escuchaba?
Suspiro profundamente a la vez que cierro mis ojos. — Sé que no soy de pedir favores, pero necesito que me prestes tu moto... — abro los ojos viendo la mirada que esperaba antes de hacer la pregunta. — ¿Por favor...?
— Sólo porque sé que ya vas tarde y ese bar no es que esté muy cerca de aquí. — busca en su chaqueta las llaves y me las entrega en la mano con una media sonrisa, he de admitir que no lo veo sonreír mucho, es agradable cuando lo hace, y más cuando se ve que no es forzada. — Buena suerte, niño. — alborota mi cabello, lo que hace que mi cuerpo se relaje un poco y suelte una pequeña risa.
— Gracias, Yoon, te aviso cuando llegue... — me levanto de la cama mientras tomo mi teléfono— ah, te puedes quedar en la cama, tal vez no llegue a casa. — menciono antes de salir de la habitación.
Bajo las escaleras para encontrarme con dos drogados tirados en el sofá viendo una película de Disney en la televisión, lo cual hace que sonría; estos dos son tal para cual, y aunque me de vergüenza admitir, me han sacado más de una sonrisa cuando están juntos. Camino hasta la puerta sin antes tomar el casco de la motocicleta y dirigirme lo antes posible al bar del Palace en el oeste de la ciudad. Para ser sinceros, me faltaba un trago, después de exámenes y más cosas las que me han mantenido estresado más de lo normal y eso que sé trabajar bajo presión, es más, me atrevo a decir que trabajo mejor, pero tampoco es una virtud que deba presumir.
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Al llegar al lugar me quito el casco y le entrego las llaves al valet parking. Entro al hotel dirigiéndome al bar; busco con la vista a la chica sin poder encontrarla, por lo que me doy una pequeña vuelta por todo el lugar viendo a cada persona sentada en sus cosas, hasta que la veo sentada en una mesa por la terraza, con un cigarrillo en sus dedos mirando hacia la calle. Respiro profundamente y camino hasta donde se encuentra ella. Al llegar a su lado me agacho hasta llegar a su oreja y soplo levemente detrás de ella, asustándola y haciendo que me mire al momento. Río suavemente a la vez que la tomo de la mano para levantarla y la abrazo por la cintura, ¿acaso adelgazó?
— Tan preciosa como siempre. — me separo de su cuerpo y dejo un suave beso en su mejilla, ella sonríe de vuelta e imita mi acción.
— Y tú tan apuesto con ese traje. — me mira de arriba a abajo aún con la sonrisa en su rostro, por lo que doy una vuelta para que me vea por completo. — Aún no entiendo el porqué no te gusta usar traje. — susurra levemente dirigiendo su mirada a mis ojos.
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⌜ M o u n t E v e r e s t⌟
Fanfiction𝘗𝘦𝘯𝘴𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴 𝘭𝘢 𝘮𝘶𝘦𝘳𝘵𝘦, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘯𝘰. 𝘕𝘰 𝘩𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘷𝘦𝘮𝘰𝘴. 𝘏𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘲𝘶𝘦, 𝘳𝘦𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦, 𝘭𝘢 𝘷𝘦𝘮𝘰𝘴. 𝘠 𝘵𝘳𝘢𝘴𝘱𝘢𝘴𝘢 𝘵𝘶 𝘱𝘪𝘦𝘭 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘲𝘶𝘦𝘥𝘢𝘳𝘴𝘦 𝘢...