Capitulo Cuatro. 𝗦𝗶𝗻 𝗿𝗲𝘀𝗽𝘂𝗲𝘀𝘁𝗮

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Bakugo se encontraba en la estación de trenes, sentado en una de las bancas y esperando porque llegara el que lo llevaría finalmente a la U.A, habían pasado tres días desde el examen de ingreso, y tras haber sido aceptado, no quedaba más que mudarse al campus.

Se encontraba frustrado, enojado y principalmente confundido. El verse ligado por el destino con una persona ya le era un problema, pero el que fueran dos, no solamente agravaba el asunto para Katsuki, sino que también causaba cierto conflicto interno al no tener las respuestas que necesitaba.

El día anterior incluso se había tomado la molestia de averiguar por internet lo que podía, pero simplemente no halló información que le fuese esclarecedora, ni una sola, y esto no satisfacía en lo más mínimo al alfa.

—¿Para qué demonios trabajan si ni siquiera lo hacen bien? —gruñó, moviendo nerviosamente su pierna de arriba hacía abajo.

Bajo la perspectiva del rubio, ni siquiera los supuestos profesionales con respecto a los géneros secundarios de las personas eran capaces de cumplir con el deber básico que tenían. Solamente había encontrado datos muy por arriba de lo que un "ipsilon" podría llegar a ser, nada que realmente le sirviera.

Sumándose a esa molestia, también se encontraba el hecho de los sentimientos que había experimentado cuando se hallaban en el baño; Las emociones mezcladas allí dentro, especialmente el temor que Izuku, aquel omega que hasta el momento no había identificado como su destinado, habían logrado crear una mezcla extraña de sentimientos en su interior.

Molestia, enojo y una clara sensación de querer proteger al omega a quien su alfa se encontraba ligado por obras de la vida, todas contradiciéndose a sí mismas debido a la situación en la que se encontraba. Obedecer a su instinto y atender a su omega o dejarse llevar por su lado impulsivo y agresivo, el alfa había pasado por un conflicto que terminó desembocando en él actuando sin tener muy claro el porqué.

—¡Bakugo kun! —llamó la voz del alfa que lo había convocado allí a la lejanía, sacándolo de sus pensamientos.

Katsuki no se movió de donde estaba, ni siquiera hizo ademán para ir a saludarlo, solo se quedó sentado, esperando que el pelirrojo estuviera lo suficientemente cerca de él para tener una conversación. Finalmente, el tren que tomarían sería el mismo.

—Tardaste veinte minutos, Kirishima. —Resaltó, con un tono severo de voz y la mirada fija al frente.

—Lo lamento, perdí un bus y el otro llegó a los diez minutos. —respondió apenado. Pasando una mano detrás de su cuello.

—Tienes suerte de que el tren aún no haya llegado, sino me hubiera largado sin importarme de si estabas o no. —declaró, echándose hacía atrás en su lugar.

—¡Pero eso le hubiera quitado la diversión al viaje! —replicó, con una tonada casi infantil— ¿Qué mejor que ir a la nueva residencia con las personas que vivirás los próximos años? ¡Nada!

Chasqueó sus labios, en señal de desagrado. —Diría que es más una molestia a que algo divertido.

—Vamos hombre, vivirás con nosotros los próximos tres años, si nos das la oportunidad de conocernos mejor, te darás cuenta de que no somos molestias, sino que tus amigos. —Quiso animar, sentándose a su lado y pasando un brazo detrás de los hombros contrarios.

—Estás siendo demasiado confiado, Kirishima. —espetó, apartándolo de su espacio personal.

—Oh, lo lamento. No buscaba incomodarte.

Bakugo no hizo más que mirarlo de mala forma antes de que se sumieran en un profundo silencio, teniendo como clara ambientación los sonidos usuales dentro de una estación de trenes.

Eijiro sabía en el lugar donde se estaba metiendo desde el momento en que cruzaron palabras por primera vez con el alfa, era fácil de advertir la actitud malhumorada que este tenía sin importar las circunstancias en las que se encontrara, y aún así se había decidido por entablar una amistad con aquel rubio que tanto lo había impresionado durante el examen de ingreso.

𝗔mor 𝗱e 𝗧res || 𝗕𝖺𝗄𝗎𝗧𝗈𝖽𝗈𝗗𝖾𝗄𝗎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora