ʚ Deathly Love ɞ

10°

戦い

Entré en la habitación del hotel seguida por Light, quien cerró la puerta. Tragué saliva. Distinguí la figura de L de pie mirando por la ventana, como siempre hacía cuando estaba solo. Al oírnos se dio la vuelta, mirándonos severamente. Su expresión indiferente me confundía; era obvio que no se comportaba igual con Light que conmigo, pero igualmente me daba una mala sensación.

Noté la mano de Light apoyarse sobre mi hombro y le miré. Estaba sonriéndome amablemente, como alentándome a avanzar hacia Ryuzaki.

A veces podía ser muy tierno.

Redirigí mi mirada hacia L, quien parecía igual o incluso más serio que antes. Nos aproximamos hacia él.

—Buenas, Ryuzaki —dije amistosamente— ¿Para qué nos querías?

—Sentaos —ordenó ignorando mi pregunta.

Le obedecí y me acomodé en el sofá como siempre. Light se sentó a mi lado y cruzó las piernas mirando fríamente a L. La tensión entre esos dos en ese momento aumentaba por momentos.

Y yo, por alguna razón, estaba en medio.

El detective se alejó y entró a una habitación para luego salir de esta con unos papeles en las manos. Nos los dio y se puso de cuclillas en el sillón.

—En estos documentos que os he dado están registradas las muertes más recientes de criminales asesinados por Kira —declaró severamente. Le eché un vistazo al papel que se hallaba entre mis manos— Como podéis comprobar, todas ellas han sucedido a lo largo de la tarde.

Ryuzaki nos analizaba detenidamente. Examiné cuidadosamente la información de las muertes. Todo parecía seguir el patrón de Kira: habían muerto de ataques al corazón, y ninguna parecía contener ningún tipo de mensaje.

Sin embargo, había algo que no encajaba, y no sabía exactamente el qué.

Light y yo nos intercambiamos los papeles, aunque no había gran diferencia entre unas muertes y otras. Mientras L nos observaba a la espera de algún anuncio, Light reflexionaba con la mirada clavada en los documentos. Me recosté sobre el sofá.

—Ryuzaki, sinceramente, no me parece que haya nada novedoso en estas muertes —anuncié a lo que el llamado reaccionó confuso— No hay ningún símbolo o algún significado. Además, tampoco se sale del horario corriente de Kira si hablamos de la hora.

Al contrario de lo que esperaba, el detective no parecía decepcionado, sino expectante. Dirigió su mirada hacia mi compañero, quien seguía absorto en sus pensamientos. Repentinamente, alzó la voz.

—Precisamente, la hora es lo curioso de esto —declaró. Intrigada, me acerqué para ver sus papeles.

Efectivamente, las horas en las que habían sucedido las muertes eran ciertamente curiosas: todas ellas eran horas espejo.

16:16, 17:17 y 18:18.

Dirigí mi vista hacia L. Estaba jugueteando con su labio inferior y sus dedos.

—¿Sabéis lo que significan esas horas? —interrogó. Light y yo negamos con la cabeza.

L recogió su portátil de la mesa y me lo entregó posándolo en mi regazo. Lo encendí y busqué el significado de cada hora. Fruncí el ceño.

—Dudo que tengan alguna relación con Kira. Hablan poco más de la suerte y la determinación, y digamos que no es algo que puedan tener los muertos —manifesté, atacada por no haberme dado cuenta antes. Light, quien miraba atento la pantalla, parecía igual de confuso que yo.