El peligro podía sentirse en el aire, los acechaba y perseguía como si de una leona se tratase, estaba ahí, siguiéndolos constantemente.
La oscuridad de la noche se veía opacada por la luz fantasmal desprendida por el ser que se encontraba frente a August y los otros, las llamas se movían con lentitud, casi como buscando hipnotizar a sus presas. Tenía un tamaño como de cincuenta centímetros y se movió hasta levitar sobre un cuerpo de agua. Era tan extraño que no sabían si esa cosa tenía ojos, si los escuchaba u olía, no entendían el método que utilizaba para percibir a sus presas, una cosa era lo que podían encontrar en un libro de hace muchos años y la otra experimentar con un encuentro real.
Trataban de estar calmados, no querían alterar lo, o molestarlo. Chris retrocedió y sostuvo la mano del castaño de ojos verdes. La rizada procedió a ocultar a Giah en su ropa, tenían claro que aprovecharían la mínima oportunidad para salir disparados de ahí; aun cuando pudieran golpearse con algún árbol o rama, preferían eso a morir por los fuegos fatuos.
Elizabeth lo previó, se movió con velocidad y se puso frente a los otros chicos, cubriendo sus rostros para protegerlos del destello de fuego del ser.
—¡Cuidado! —Gritó mientras cerraba los ojos para no terminar siendo una víctima del resplandor.
Gust intentó contener las llamas del ser con un hechizo de contención mágica, pero éste no funcionó. El conjuro lanzado por el castaño se destruyó como si de cristales se tratase.
—Sus llamas espirituales son muy poderosas —El menor de ojos verdes estaba muy preocupado, era como encontrarse entre la espada y la pared.
Con velocidad, Christopher tomó a August y trató de correr. No había dado ni diez pasos cuando se detuvo y saltó hacia atrás.
Venían más de ellos.
La vampira creyó tener una idea, quería buscar sombras y arriesgarse adentrándolos en ellas para escapar, sin embargo, notó que la luz irradiada por los fuegos fatuos había eliminado todas las opciones.
—¿Qué vamos a hacer? —Preguntó desesperado el híbrido, estaban comenzando a ser rodeados en círculo y el primero de los espectros seguía levitando en el mismo lugar.
—Manténgase lejos de ellos y eviten ser cegados, intentaré luchar con mi magia, ustedes no pueden intentar atacarlos porque serían golpes físicos y terminarían capturados por sus llamas —El castaño brujo y su familiar estaban preparados para pelear con esas cosas, aunque no sabían cómo lo harían.
Lanzó una onda de energía psíquica que hizo retroceder a uno de los fuegos fatuos... Sólo un poco.
Giah, al ver esto, se apresuró y soltó — como murciélago — gritos sónicos igual que las veces anteriores y también hizo retroceder a otro.
—Parece que la magia de esa forma podría funcionar —Habló Elizabeth al ver la reacción que producían los espectros con ella.
Qué equivocados estaban.
Las llamas se avivaron como en señal de molestia. Giraron alrededor de ellos como si de una tormenta se tratase y de forma inesperada comenzaron a lanzarse contra la primera bola de fuego que se les había aparecido.
—¿¡Se están fusionando!? —Gritó Chris lleno de pánico; el fuego se estaba haciendo cada vez más grande, no les dio tiempo de reaccionar cuando un gran anillo ígneo incendió todo a su alrededor; los tenía cautivos.
—¡Tenemos que buscar la manera de salir de aquí! —Soltó August, nada parecía ayudarles, todo indicaba que iban a acabar ahí. Ese sería el final de todos.
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August: Heredero © |Libro 1|
Teen FictionEl uso de la magia negra en el mundo sobrenatural es restringido, y todo aquel que crea poder manejar su poder, caerá bajo sus garras; los lobos, las brujas y los vampiros lo saben muy bien. August no sabe por qué es tan especial, ni mucho menos, l...