Pensamientos anónimos.

Todo menos poeta.

Pensamientos anónimos, yo hago parte de ese título.
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Tiempo pulsante, patente
Se consume a los caídos
Desde el piso los saludo, no hermanos
Ellos vuelven su cabeza hacia el olvido
Se ven cansados, destruídos
¿Qué diablo ha encarcelado los libros?
¿Fuiste tú, cabellos de seda quien me empujó con los vivos?
Estoy ciega de las puntuaciones,
las comas no me llenan,
las tíldes acentúan un: ¡Dispárate, dispárate!
¿Qué querrán decir mis allegados?
Más distantes que el cielo que ni tú ni yo hemos de tocar.
¡Luna! ¡Sálvame esta esquizofrenia en guerra!
Tú que has sido testigo de los extraños de cada noche,
Volando entre papeles,
Citando a amores y yo en vela
Los veo, no los veo
Les siento, no les siento
Están aquí ¡Justo aquí! Señalo con mi dedo
Esa parte finita de Asunción Silva
Supone más que un matadero.
Recorro mi curiosidad, el aliento en mano
¿Qué clase de demonio me he yo ganado?
¡Manden a los poetas malditos!
¡Maldita sea!
Que vida la mía, conectada a una libreta.
Ella entra con cautela y se lleva todo a su paso,
transforma lo recóndito,
Humilde niña en brazos
Potente derrota, dime que existe maravilla entre tus ramos,
Yo con hambre de muerto, tú con cuerpo en el llanto
¡Qué estoy diciendo, padre mío!
Oh, olvidé que nunca has estado
Madre santa ¡El ánima de ese objeto se ha despertado!
Háblame, mujer ¿Estaré alucinando?
Bébete el conocimiento, atráncate de lágrimas,
No duermas y vete ya a la cama
¿Quién entenderá esto?
¿Quién más además de yo?
Desquisiada mental con falta de afecto,
Con falta de amor.
Gústele al que le guste
Este mundo enfermizo necesita más Benedetti, más Cortázar, más de un Shakespeare.
¿La vida habrá acabado? ¿O ya nunca comenzó?
No me digas quien eres, no te diré quien soy.
Delirios, ideas,
Pudriéndome en materia.
Llévate viento lo que el mundo no me dio.
Nos duelen los ojos, amargo aliento
¡Hey, vida! ¡Respira, respira!