CAPÍTULO XXII

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Timo le dedicó una sonrisa torcida y llena de burla mientras alzaba su copa a modo de brindis

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Timo le dedicó una sonrisa torcida y llena de burla mientras alzaba su copa a modo de brindis. Stella se retorció dentro de esa maldita caja, mientras se encontraba atada de pies y manos. Ese desgraciado se la había llevado al Angelia para exhibirla como parte de su espectáculo de desnudistas.

El muy bastardo la encerró, vistiéndola como una muñeca; o más bien, una marioneta. Cada vez que un cliente introducía una pieza de metálico, un mecanismo la obligaba a moverse de manera grotesca. Una melodía ridícula sonaba con fuerza, amenizando sus obscenos movimientos. La mujer estaba siendo humillada de la peor manera; la gente la miraba y se reía a grandes carcajadas, obligándola a cometer toda clase de coreografías.

Luego de varias horas de complacer a ese público enfermo, Timo abrió la caja y la ayudó a salir. Stella lloraba de rabia e impotencia, pero apenas podía moverse. Sólo necesitaba comer algo y dormir para recuperar sus fuerzas. Stella le dedicó una mirada de asco y odio e intentó soltarse para alejarse de ese horrible hombre.

-¿A dónde crees que vas, cariño? - Preguntó Timo apretándola del brazo - Tu turno no ha terminado - Sonrió con burla - Te están esperando en la habitación 298, ¡no hagas esperar a nuestro cliente! - Murmuró dándole un pellizco en la mejilla.

Stella se soltó y bufó, ¡estaba perdida! No podía escapar de las garras de Timo, este no descansaría hasta volverla a encontrar y la obligaría a regresar a ese antro de mala muerte para que continuara con su espectáculo humillante y aberrante.

Timo le dio un puntapié para que continuara caminando. Ahora Stella era su esclava y la haría pagar hasta el último centavo; cuando ya no le sirviera de nada, la vendería para que fuera esclava de alguien más. Al fin y al cabo él siempre salía ganando.

La mujer caminó por los pasillos hacia la habitación, lentamente y tambaleándose. Estaba desesperada, se sentía sucia y ultrajada. Timo era un cerdo que seguramente disfrutaba con su sufrimiento. Ella estaba cansada de tener que hacer esas porquerías y todavía le esperaba algo horrible en esa habitación. Seguramente tendría que satisfacer los bajos instintos de un sujeto enfermo.

Stella suspiró, además de estar preocupada por su destino, le preocupaba no tener noticias de Goodman y Beckett. El primero le prometió comunicarse con ella cada que tuviera oportunidad e informarle de todos los movimientos de ese cyborg. Hacía tiempo que no hablaba con Goodman, el hombre no le respondía las llamadas, ni contestaba sus mensajes de texto. ¡Y qué decir de Tristan! El muy desgraciado cortaba la comunicación cada vez que ella quería hablarle, ignoraba sus mensajes y era posible que ya la hubiera traicionado. Su actitud dejaba mucho que desear.

Por tal motivo, Stella deseaba escapar del Angelia, quería salir a buscar a Beckett y exigirle una explicación. Todos sus planes estaban saliendo mal; las cosas empeoraban cada día. De ser una mujer de alto estatus social, terminó convertida en la esclava de un capo de la mafia; y el poco dinero que recibía de la pensión de Jensen, fue retenido debido a la desaparición del cuñado de su difunto marido y de su única hija.

SYNTHETIC PARADISE (A NEW MISSION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora