Arabesque And Relevé (BORRADOR)

Capítulo 17

BRAVE

DÁNAE

Seth me tiene atada en la cabecera de la cama. Su torso desnudo tiene algunas gotas de sudor al igual que en su frente. Su pelo está húmedo y sus ojos analizan todo mi cuerpo desnudo. Su virilidad está erecta, sus piernas fuertes, su torso fuerte y grande, sus brazos que me puede llevar en cualquier lado. Aquel miembro, grande y gruesa con esas venas. Me muerdo el labio por la vista que me ofrece.

—Me encantan tus pecas de tus pechos—confiesa.

Lo deseo. Lo quiero adentro ya.

Hemos estado casi todo el día follando y la verdad es que ha sido bruto y salvaje.

Y se lo agradezco, me gusta que me traten con furia y no con delicadeza. Siempre en el baile he tenido que ser delicada y no lo soy. He tenido que fingir para tratar algún papel.

Ahora no quiero fingir, quiero ser yo.

Ruda, salvaje y desafiante.

Aunque ahora mismo no estoy siendo ninguna de esas tres cosas. Me siento como una sumisa, como una presa.

—Estas a mi merced.

—Desátame.

—No.

—¿No?

—No—replica.

Tiro de las cuerdas que me tienen sujeta.

—Suéltame o grito.

—No—me niega.

Alargo mis labios en una sonrisa desafiante y hago lo que le he dicho.

Chillo.

Seth se mueve rápidamente y me tapa la boca, está enfadado.

Me río sobre su mano. Aprieta más su mano sobre mi boca.

—Te estás ganando un castigo.

Le muerdo en la palma de la mano.

Me sobresalto cuando me da la vuelta quitando su mano de la boca. Y me nalguea.

Suelto una maldición. Me coge de la cadera y me las eleva estando a su merced completamente. Mi pecho está apoyado en el colchón de la cama y mis manos están atadas en el cabezal.

Me da otra nalgada. Duele, pero siento como mi coño se humedece aún más.

Pasa su mano por mi glúteo golpeado y lo manosea, me arde.

Dos de sus dedos pasan por mi sexo y acaricia mi entrada empapada.

—Tan mojada.

Mi corazón se acelera por su comentario. De hecho, si no hubiera ruido se escucharía por toda la habitación.

Me da golpe con su polla por mi trasero y mi vulva. Me muerdo el labio preparada para volver a sentirlo.

Nunca había estado tan impaciente.

—Mañana tenemos una misión.

—¿Mañana?

—Si, iremos con mi equipo de élite.

Pasa su miembro por mi entrada resbaladiza, no entra.

—Viajaremos a Italia.

—No me lo puedes decir en otro momento—inquiero gruñendo.

Tengo ganas de él y me cuenta esta misión.

—Estas exasperante para que te penetre.

—Estas consiguiendo que te mande a la mierda.