One shot 1

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Amanecí de la fregada como casi todos los días, amanecer con Alonso era una puta pesadilla, siempre me reclamaba lo mismo, que no atendía a nuestra hija y que Lucía, la hija del antiguo matrimonio de el era un cero a la izquierda en mi vida, hoy estaba dispuesta a relajarme, a irme de fiesta y tener una noche de sexo salvaje y desenfrenado con Marcelo, en esta supuesta "relación" que teníamos no estaban incluidos los sentimientos, pero no sabía lo que me pasaba yo estaba sintiendo algo por el, y me tenía que aguantar ya que estaba casada y tenía una hija con el hombre al disque "amaba".
Bueno, ese día me levanté como a las 7 de la mañana, no recuerdo muy bien, tenía una reunión super importante en la fábrica de Talavera y tenía que ir, me sentía fatal pero ni modo tenía que ir, así que salí de mi ducha, me puse una falda ajustada al cuerpo, una blusa bastante descotada como era de costumbre, mi bleiser y me fui a desallunar.
-Buenos días familia-
-Hola mami-dijo Nora.
-Hola tía, como estas-me dijo Lucía.
-Estoy bien mi niña gracias, oigan y su papá eh-
-Ahy tía se fue bien temprano, disque tenía una reunión, ahh y lo había olvidado, dijo que cuando te despertarás que fueras de volada a la oficina que tenía que hablar contigo-
El comentario de Lucía me tomo por sorpresa, Alonso era muy serio, amargado, solo se notaba feliz cuando estaba con Lucía ya que a Nora ni la pelaba, pero eso sí en la cama era un verdadero macho, de esos que cuando terminas de hacer el amor te deja sin aliento.
-Bueno mis amores yo me voy no valla hacer que "Don Alonso" me ponga el gritó en el cielo-enfatice en Don Alonso.
-Olle ma' por cierto cuándo mi papá te vea se le va a caer la baba-nos echamos a reír las tres y yo me fui a la oficina, en todo el camino Marcelo, mi amante estaba de incistente, hasta que le respondi.
-Alo, hola Marcelo-
-Rebeca hasta que te dignas a cogerme el teléfono, porque no lo hiciste eh-
-A ver chulada, primero te me calmas y no lo cogí porque estaba desallunando con mis hijas y en estos momentos voy hacia la oficina que tengo una reunión con mi marido-
-Fijate bien lo que haces Rebequita, recuerda que la últimas vez terminaste cogiendo con el en la oficina y tu eres mía, solamente mía-
-Hay sabes que después te marco-le colgué el teléfono, no me gustaba que Marcelo me hablara de esa manera, yo no tenía dueño y mucho menos el lo sería, un muchacho mucho más joven que yo, presioso y hacia el amor como los mismicimos dioses pero a Rebeca Murillo nadie la manda.
Llegue a la oficina y Normita estaba en la recepción como siempre.
-Hola Normita, algún recado para mi ?-
-Si señora, el señor Alonso dijo que en cuanto llegará que fuera a su oficina, disque  tenía una cosa muy importante que desirle-
-Gracias Normita-
Me dirigí a la oficina de Alonso y allí estába el, recargado en una esquina de su escritorio.
-Hola mi amor-le dije y cuando le intenté dar un beso me aparto.
-Me puedes explicar que es esto-me aventó unas fotos mias y de Marcelo en un restaurante comiendo juntos y en otra se veía como le comía la boca.
-A ver, primero te me calmas, si tengo un amante eso no es tu problema al fin y al cabo tu te estás acostando con la doctora Esquerra, así que deja tu papel de marido celoso-
-A ver Rebeca, a mí me importa un bledo con quién te estés acostando o no, lo que te tiene que quedar claro es que tú eres mi mujer, te casaste conmigo así que eres mía-ahi estaba otro posecibo que desia que yo era suya, que en esta vida nadie entiende que no soy de nadie, todo eso me lo dijo cuando me agarró de la cintura y me beso, a eso no me podía contener, Marcelo era un muchachito, el no sabía cómo reaccionaba mi cuerpo, pero Alonso si, me cargó y me llevo hasta el escritorio,me paro en frente de el, me bajo el siper de la saya y yo quedé semi desnuda de la parte de abajo.
-Te acuerdas de todos los momentos que pasamos así, aquí, cogiendo enzima de este escritorio-
-Ahhh como no me voy a acordar si es una de las cosas que más amo de ti, que no te importa donde estemos me haces sentirme la mujeras deseada de este planeta-
Me comenzó a besar el cuellos y me quito el bleicer, la blusa y ya está en ropa interior, me tepo en su escritorio, le bajé los pantalones mientras el me besaba el cuello dejando unos cuantos chupones, me empese a sacar la camiza y metí mis delicadas manos en ese pecho que era mi perdición, lo que no nos dimos cuenta de que alguien estaba mirando todo ese acto de pasión por una rendija en la la puerta, estábamos muy consentrados en darnos placer el uno al otro que no nos dimos cuenta, Alonso se bajó el bóxer y yo tome su pene en mi manos y lo pentre en mi interior.
-Ugggg ay Alonso, nadie es tan macho como tú ahhhh-
Alonso trataba de callar mis gemidos pero era imposible, con cada estocada gemía más fuerte, Alonso siempre me trepaba en las nubes cada vez que hacía el amlr con el, en minutos llegamos al clímax con un gemido bastante fuerte de mi parte y una nalgada de Alonso en mis glúteos, esperamos a que nuestras respiraciones se calmaran y nos bajamos y nos comenzamos a vestir.
-Estubo increíble-le dije Alonso cuando le estába abrochado la camiza.
-Pero ya me tengo que ir-lo besé en los labios-En la noche te espero en la casa-
Salí de allí y me dijigi al departamento dónde me encontraba con Marcelo, cuando llegue lo encontré todo tirado, y Marcelo llorando en un rincón de la sala.
-Marvelo que paso aquí-
-Que que paso-hizo una pausa-Y todavia lo preguntas, te vi cogiendo con el imbécil de tu marido, sabes lo que sentí cuando lo vivtocandote y haciéndote suya-
-A ver mi vida, tu tiene que entender que Alonso es mi marido, esto siento por ti es un oscuro deseo que solo puede salir a la luz en estas 4 paredes, pero yo tengo mi familia y eso lo tienes que entender, por el momento lo único que te puedo ofrecer es esto, quedemos con esto que sentimos, la pasamos muy bien juntos y quiero que sepita hoy y ahora-
Ella se inclino hacia el hasta llegar a sus labios, dándole un beso mojado que hizo que sus cuerpos se extremecieran, el la giró y la apretó por la cintura a su cuerpo, la empeso a desvestir dejando a la vista una hermosa lencería negra, ella también hizo lo mismo, le quitó la camiza, seguido del cinturón y después los pantalones.
-Te quiero-se me salieron esas dos palabras de mis labios desde lo mas hondo de mi corazón.
El la miró a los ojos y le susurró al oído "yo también te quiero".
Nos empesamos a besar, con cada vez más intencidad, sin sentirlo el me penetró y comenzó a embestirme cada vez con más fuerza, no había mentido cuando dije que hacía el amor como los mismicimos dioses, cada estocada venía más fuerte y los gemidos se oían hasta la cocina, en pocos minutos llegamos al clímax juntos, el me abrazó a su pecho.
-Me siento tan bien cada vez que hacemos el amor-
-Yo también-le sonreí-Te quiero y eres el más oscuro deseo de Rebeca Murillo...



Mis amores espero y les allá gustado no olviden su ⭐.
Las amooo

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⏰ Última actualización: Aug 14, 2021 ⏰

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