Tres Condiciones

••Clases y Conducta••

Ya cuando los nervios dejaron de atacarme, me cubrí con la toalla y salí.

Lud esperaba sentado sobre el clóset con una cara de inocencia.

–Que no se vuelva a repetir Lud –

–¿Qué? –pregunto con descaro.

–Lo que acabas de hacer rompiste mi condición –reclamé.

Esté bajo la cabeza en señal de arrepentimiento.

–Es que desapareciste mocosa, y el documental había terminado y cuando me di cuenta que no estabas, entre en desesperación y me teletransporte –explicó– así aparecí en el baño. Sin embargo, yo no vi nada.

Pero que absurdo, que excusa más inútil. Él mismo ni se creía sus propias mentiras. Sentí un leve calor en mis mejillas de solo imaginar, cuánto tiempo estuvo allí observándome sigilosamente.

–Perdona –dijo levemente.

Parecía un niño regañado, con la mirada baja, sus manos entrecruzadas y labios curvados.

–De acuerdo, solo se obediente –

–Si, pero ya quita esa cara de amargada que me asustas –comentó.

Sonreí levemente y me fui a cambiar.

Al día siguiente me preparé para ir al colegio. Por si fuera poco, Lud también lo hizo. Llevaba consigo un bolso y un uniforme gris como su ropa de siempre.

–¿Que llevas en el bolso? –pregunté curiosa.

–Te mata la curiosidad ¿A qué si? –bromeó.

Lo miré seriamente al mismo tiempo que se acercó y abrió uno de los bolsillos delanteros de la mochila.

Enseguida se vio una luz y un rugido espeluznante.

–¿Pe..pero que es eso? ¿Un tiranosaurio? –

–mmm, algo así. Además de un lanzacohetes, un tanque, cuatro ninjas entrenados, un planeta y uno que otro agujero negro –informo con orgullo.

–¿Piensas llevarte todo eso? –

–No me pesa, si es eso lo que te preocupa. Hoy será un día muy aburrido y necesitaré toda la distracción posible –dijo alegremente.

–Y yo voy a necesitar que te mantengas tranquilo y no hagas locuras. No será fácil disimular tu presencia –

–¡Si, si! Lo que digas. Vámonos antes que la vieja con reumas se levanté –

Salimos a toda prisa y cogimos el autobús a tiempo.

El camino resultó tedioso. Lud cantaba una y otra vez "En la granja de mi tío", mientras tanto, yo me encontraba sumergida en mis pensamientos con lo sucedido ayer. No podía quitarme la escena de Lud viéndome atónito y con interés.

Su voz repentina me sobresalto.

–¿Que tienes mocosa? Llevo rato llamándote y lo único que me respondió fue el «Gruuu» de tus tripas –

–No.. eh.. nada ¿Que quieres? –pregunté

–¡Ah bueno! Pues te quería informar que ya enumeré las condiciones más importantes –informó– y de las cuarenta y nueve, solo tres son relevantes. Bueno para yo.

–Pero que conveniente –opiné–Okey dimelas.

Soltó una carcajada como maniático y froto sus manos.

–Condición número catorce. El portador osea tú mocosa, deberás incluirme en todas tus actividades, si así lo quiero yo. Y es obvio que si lo quiero –