L'attaccante Sconosciuto - Parte Seis

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18 de septiembre de 2015

Cuando April finalmente abrió los ojos, pronto una luz la dejó ciega por unos segundos, hasta que logró soportar aquella iluminación, llegando a darse cuenta de que era en realidad la luz de una habitación blanca.

Ella se encontraba en cama, con un suero ligado a ella a través de una manguera que se adhería a su brazo izquierdo.

Desconcertada por ello pronto miró a su alrededor para darse cuenta de que estaba dentro de una habitación perteneciente a un hospital, deteniéndose en una ventana ubicada a su izquierda, logrando detectar su propio reflejo a duras penas.

Notó que su cabello estaba ligeramente descuidado, además de que sus ojos tenían las ojeras más demacradas. También su rostro tenía presente varios moretones, mayormente distribuidos en el lado derecho.

Sin darse cuenta hasta el momento, April logró escuchar la máquina que medía su pulso cardíaco, cuyo ritmo estaba estable.Cuando intentó acomodarse un poco de posición, la joven Stone se dio cuenta de que sus piernas se movían un poco raro, en especial la derecha.

Enseguida el dolor llegó hasta su mente, el cual le ayudó a recordar un poco de lo que vivió antes de llegar a parar ahí. Un dolor bastantemente punzante e incómodo.

Acto seguido se dedicó a tratar de averiguar el por qué su pierna derecha le dolía bastante, descubriendo que estaba amputada hasta la altura de su rodilla.

Eso la dejó bastante helada. No podía dar crédito a lo que estaba enterándose.

Poco a poco aquellos gritos desgarradores se hicieron sonar de nuevo en lo más profundo de su cabeza. En especial aquel que la llegó a aturdir en más de una ocasión.

Su piel se le había puesto chinita al respecto.

Segundos después comenzó a sentirse bastante devastada por lo de su pierna amputada.

— ¿Qué le hicieron a mi pierna derecha? —soltó con la voz entrecortada April.

La desesperación comenzó a ser parte de ella por el simple motivo de que aún no podía aceptar lo que estaba viviendo, razón por la cual comenzó a alterarse al respecto.

Gracias a aquello, la máquina de los pulsos cardíacos comenzó a alterarse, llamando la atención de los médicos del hospital, quienes hicieron aparición en la habitación pocos segundos después.

—Tranquila, todo va a estar bien —intentó calmar uno de ellos.

— ¡Ya no voy a poder volver a caminar! —exclamó entre sollozos y destrozada la joven Stone.

El alboroto fue parte del ambiente de aquella habitación, lo que provocó que llamaran al doctor responsable de su situación a través del sonido del hospital.

Acto seguido, el acceso de sus padres se hizo presente, quienes intentaban calmar a su hija, a pesar de que ellos también habían estado destrozados al respecto antes incluso.

—April, todo estará bien —intentó calmar el señor Stone, quien mostraba el semblante de haber llorado por lo ocurrido.

—Ya nada volverá a ser lo mismo. Sin mi pierna derecha no sé qué va a ser de mí —terminó de decir April para comenzar a llorar desconsoladamente en los brazos de su madre.

Estuvo bastante rato así, en donde los demás médicos y enfermeros se fueron retirando poco a poco, hasta que finalmente la joven Stone logró controlarse a raíz de la falta de lágrimas para seguir llorando.

Solamente así fue como pudo tener una conversación más tranquila junto a sus padres.

— ¿Y mi hermano Hugh? —preguntó con cierta delicadeza April.

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