02 - El Cazador Silenciado

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Es incapaz de juzgar sus actos, si bien Xiao ha demostrado ya que hubiese preferido un rumbo totalmente distinto para ambos. Con el abandono del Dios, su trabajo no ha terminado. Así, cada vez que Zhongli demanda por su presencia, el Cazador reaparece delante del Arconte sin demora alguna.

Mientras que el Dios observa el océano en la distancia, Xiao llega hasta él sin comentar nada. No llega a despojarse de la máscara, ni a dedicar una mirada en dirección del mayor. Con los años había aprendido cuál era el mejor modo para dirigirse a Rex Lapis, y la ancestral figura nunca disfrutó de un enfrentamiento entre ambos.

La brisa parece traer consigo recuerdos del pasado, pero Zhongli, por una vez, decide hacer oídos sordos ante las palabras que desean escapar de su boca.

- Has ignorado los términos de nuestro acuerdo- observa, sin emoción evidente en su voz

El menor no se molesta en responder. Sabía de antemano que él no buscaba justificación alguna para sus actos. El escuchar razones no era de su particular interés antes, ni lo sería ahora.

- Si bien es cierto que no eras parte directa de este, esperaba un actuar distinto de ti.

Xiao desconoce la totalidad del contrato formato por los Arcontes, aunque sospecha ya cuáles eran los puntos donde Rex Lapis estaba haciendo mención; ni él ni sus allegados tenían permitido acercarse al viajero. Tenían prohibido hablar de lo ocurrido hace años, pese a que eran contados quienes podían tener algo que decir.

Comparado a Zhongli, Xiao tenía apenas un bosquejo de lo que ocurrió. Y aunque hoy día el Dios se arrepiente por firmar un pacto así, nada borraba que era su responsabilidad permanecer callado. No así con Xiao.

- Estás convencido de que voy a estar de su lado- comprendió Xiao, tras una breve pausa

Cuando el mayor no respondió, él pudo entenderlo con mayor facilidad.

- Él te prohibió hablarcon Aether, pero no te prohibió hablarlo conmigo...

Dejando que su atención abandone el océano, Zhongli dedica una mirada a su guerrero. Su expresión, aunque vacía, escondía la misma tristeza a la que Xiao ya se había acostumbrado.

- He visto la manera en la que te ha hecho sentir, Xiao. Y reconozco esas emociones con menos frecuencia de la que desearía admitir.

El nombrado recuerda entonces el cosquilleo que parece apoderarse de él cada vez que ve a Aether mirarle con una pizca de interés. Para él, que vivía el tiempo distinto, más allá de conocerlo por primera vez era vivir un reencuentro que le negaron por mucho tiempo.

- Nunca has sido tan sentimental -acusa levemente, bajando la mirada

Cuando la mano del Dios está en su rostro, obligándolo a mirarlo, Xiao experimenta un deja vu. No existe dragón alguno, pese a que los ojos afilados continúan allí.

Como en aquel momento, no es doloroso ni preocupante. No teme ni por casualidad.

Desde esa distancia es fácil darse cuenta por qué Liyue le tenía en alta estima, porque su cariño era evidente.

Era extremadamente problemático cuando se trataba de expresar sus sentimientos, ¿pero quién era Xiao para juzgarlo?

- Me encargaré de tu trabajo por unos días-declara finalmente el mayor, liberándolo.

No está seguro de que buscaba en su mirada, pero pareció encontrarlo más rápido de lo que esperaba.

- Llévalo hasta la tumba del Arconte. Ahí encontrará lo que busca...

Cuando Xiao desaparece pocos segundos después, Zhongli vuelve a sentir una brisa cálida rodeándolo. Es una sensación familiar que creyó olvidada. Contiene una sonrisa apagada, hasta que escucha el movimiento de las olas a unos metros de distancia.

- ¡Señor Zhongli!

Dando un último vistazo a lo que fue su refugio, él baja desde lo más alto de la isla y se encuentra con el menor. Tras el, la imagen de la antigua lanza se borra con el pasar de los segundos.

En su mente, todo seguía igual.

Hasta que la realidad lo alcanzaba.

- Lamento haberme demorado más de lo acordado, Childe.

No existían restos de la batalla, ni persona que pudiese escribirla. Solo quedaban sus recuerdos, y los contratos hechos.

"Cuídalo de la verdad" le había dicho el Arconte "No le permitas llegar a ella nunca"

Observando al Fatui, reconociendo sus propios sentimientos, Zhongli se pregunta si es justo para él desear por un futuro mejor. Uno donde no sea él quien deba cargar con el peso de las decisiones que otros han tomado.

"La verdad lo hará libre" recuerda haber pensado, ante la descabellada idea del otro "Eso es quién es..."

- No se preocupe. Pensé que sería buen momento para poner a prueba lo aprendido la última vez...

Al ver a Childe ponerse en posición de batalla, Zhongli abandona los recuerdos. Olvida Mondstadt antes de serlo, y deja de paso al ser quien les guío hasta la libertad.

- Espero que entiendas que tengo años de ventaja -dijo, notablemente orgulloso de sí

- Bueno, eso es algo que debo evaluar yo mismo-replicaba Childe, emocionado

Estaba bien si creaba nuevos recuerdos, ¿no era así?

Mentiras de VientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora