14. ¿Qué es un secreto?

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Artys debía admitir que la sinceridad de la reina para con él le había sorprendido, igual que su impulso de agarrar aquella petunia roja y dársela, era aquel mismo impulso que tuvo cuando caminaron por Invernalia y le regaló un narciso. En su vida solo les había regalado flores a dos mujeres, su madre, su tía, y ahora a Cersei Lannister.

Lysa Arryn aceptaba las flores y decía un simple "gracias" mientras asentía. Catelyn Stark le dedicaba una gran sonrisa y le besaba la frente o le abrazaba. La reina primero mostraba su sorpresa, agarraba la planta con cuidado, como si temiera que en cualquier momento le fuera a atacar, con desconfianza. Después dirigía una mirada al halcón, al hacerlo sus dudas parecían desvanecerse y aceptaba el obsequio sin decir ni una palabra, puede que fuera porque no sabía que responder o puede que lo que quisiera decir no lo pudiera exteriorizar.

Artys y Cersei observaron a los príncipes, no pasó mucho hasta que ellos se percataron de la presencia de los más mayores y fueron hacia ellos.

Al final el halcón fue invitado a cenar con ellos. Durante la velada no tuvo más remedio que explicar una de sus historias, para su sorpresa, la reina la escuchó atentamente. Posteriormente, tuvo que prometerle al príncipe Tommen que le ayudaría a buscar uno de sus gatos, ya que desde la noche anterior no lo encontraba.

Cuándo terminaron de cenar, los príncipes fueron a descansar. La reina invitó a Artys a beber algo de vino.

El tiempo pasó volando para ambos, no fue hasta que atardeció que se dieron cuenta de la hora.

No sabía si había sido por el vino, pero a más rato compartía con esa mujer, más le llamaba la atención.

Su mirada le estremecía, fija y dura, pero a la vez cálida. Su actitud descarada y de superioridad, pero a la vez impetuosa, le atraía. Su cortante voz y sus palabras llenas de sarcasmo le dejaban sin argumentos, lo que le provocaba aún más ganas de seguir hablando, era una batalla verbal.

Fue por estar pensando en ella que casi chocó con un joven que esperaba en la puerta de su habitación. Traía una carta de parte de Renly Baratheon, quien aceptaba la invitación a desayunar.

<< ¿Invitación a desayunar?>> pensó Artys confundido. Se giró hacia la puerta mirando aún el papel. Dio un paso hacia el interior de la habitación, golpeándose la cara con la puerta, no la había abierto, y entonces recordó. << ¡El torneo! Si he hablado hace nada con mi tío. ¿En qué estaré pensando?>>.

Aquella noche Artys volvió a tener un sueño de aquellos que vivía con intensidad, pero no fue para nada lo que él hubiera esperado.

Soñó que estaba de pie en una habitación, de pronto la puerta se abría y una luz le cegaba. Distinguía una figura, una figura femenina que se acercaba a él, llevaba un camisón blanco, fino y ceñido que remarcaba la forma de su cuerpo.

No fue hasta que estuvieron casi pegados que la reconoció, Cersei Lannister.

Ella llevó sus manos al cuello de Artys mientras él la agarraba por las caderas.

Sus narices se rozaron.

El halcón sintió la pesada respiración de ella y como su propio cuerpo se calentaba.

Sus labios se unieron en un beso, al principio fue lento, después la delicadeza quedó de lado.

Solo se separaron unos segundos para respirar, luego volvieron a besarse mientras iban en dirección a una cama.

Cersei le empujo, colocándose a horcajadas sobre él. Ella empezó a desvestirle el torso mientras él le subía el vestido...

Un graznido lo sacó de su ensoñación, Ícaro lo miraba desde el pie de la cama, ya era de día. Artys tenía la respiración entrecortada, el pulso acelerado y estaba muy excitado.

El Halcón Dorado |GoT|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora