Flores y máscaras

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—¿Te comerás eso?

Una niña voladora pregunta mientras tira al plato, mucho más grande que su cara, los palillos con los que comía.

El rubio la mira.

Ella lo mira.

—¿Qué?

—¿Te comerás esto luego de comerte todo eso? —él señala la mesa frente a ambos, que estaba lleno de platos vacíos—. ¿Es broma?

La pequeña flotante frunce el ceño.

—¿Te lo comerás o no?

Chasqueando su lengua, ella se cruza de brazos y mira mal.

Aether, el rubio de coleta aun viéndola, acerca el plato a su boca y se embute todo lo que había dentro.

La pequeña exclama un "hmph!" y vuela un poco más alto, para mirar todo el establecimiento.

Se encontraban en un puesto de comida en Inazuma, lugar al que habían llegado hace algunos días.

Él se había reusado a ser parte de una revolución, pero finalmente fue persuadido a apoyar. Realmente no es que le encante la idea, pero bueno.

—¿Qué haremos luego de esto?

Paimon, la pequeña voladora, se para en la mesa, cuidando de no meter sus patitas en los platos sucios.

—Iremos con Ayaka ¿no?

—Eh... cierto...

—¿No eres tú la guía?

—Deja a Paimon reposar primero —ella sacude su mano para restarle importancia a las palabras del chico—. Aunque... no, vamos ya.

—¿Qué?

—Anda Aether, vamos.

Ella empieza a volar.

—Espera, debo-

Él se levanta y camina hacia el cocinero, quien atendía a alguien más.

Luego de pagar rápidamente, y dejar una propina, corre detrás de la chica voladora.

—¿Por qué tan de repente?

—¡Ayaka dijo que le daría a Paimon dulces!

El rubio se detiene.

Paimon lo mira, luego empieza a reír.

—Vamos Aether, te daré medio.

—¿Medio?

—Medio... eso sería mucho. Un cuarto.

—...

—...

Paimon vuela hacia él y empieza a empujarlo.

—Anda, anda.

[ · · · ]

—Ah, son ustedes.

Un hombre alto y rubio les sonríe a la entrada.

—La señorita les espera.

Él sonríe y empieza a ir en dirección a Ciudad de Inazuma.

Paimon sacude su mano mientras vuela entrando a los dominios Kamisato.

—¿Señor Aether? Mi Nombre es Hiratsuka, la señorita Kamisato le espera, por favor, sígame.

—¡Sí!

Rápida y enérgicamente Paimon responde por ambos.

Aether solo asiente.

Caminan por el lugar fuertemente custodiado y luego de pasar por la puerta con toques dorados, la criada se separa de ellos, cerrando tras de sí la puerta.

Flores y máscaras - Aether x AyakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora