Capítulo 22

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“Fallé y jamás me lo perdonaré, prometí protegerte y no lo cumplí. ¿Cuál es el precio de la verdad?
¿Cuál es el precio de la mentira?
Ojalá no fuera la vida misma, ojalá fuera la mía"

 ¿Cuál es el precio de la verdad?¿Cuál es el precio de la mentira?Ojalá no fuera la vida misma, ojalá fuera la mía"

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Abrió sus ojos con dificultad al sentir el punzante dolor de cabeza que le impedía poder levantarse de aquella cama ajena. Los recuerdos de la tarde anterior llegaron a él y sintió en su estómago un gran estrago de vergüenza al saber el escándalo que había hecho en la casa del inspector Hang.

Se levantó finalmente de la cama logrando ver en la mesa de noche al lado de él una bandeja con agua y una pastilla para el dolor de cabeza, con una pequeña nota.

"Señor Kim, tómese estás pastillas, en el cuarto de baño hay ropa para su uso. Sería de mi agrado que bajara a desayunar conmigo y con mi familia"

Esque peor no podía llegar a ser la situación, su familia se encontraba en la casa y probablemente lo vieron haciendo un show del que para nada estaba orgulloso. Sin más se dispuso a asearse, lavarse los dientes y vestirse con el elegante traje que si no fuera por la casualidad diría que estaba hecho a su medida, era muy elegante pero pasando a lo casual, justo como le gustaba vestirse a él. Acomodó su cabello azabache dejándolo ligeramente desordenado, bajó por unas escaleras con adornos elegantes hasta llegar al punto de escuchar cierto bullicio en lo que identificó como probablemente el comedor.

Quizo esconderse pero no pudo porque la mirada del señor Hang calló en él haciéndolo sentir nuevamente la vergüenza de hace unos minutos.

—¡Oh, Taeyang! Buenos días, pasa. Siéntete en tu casa.

A unos pasos se encontraba de él el señor con una elegante pipa en sus labios. En ese momento quizo desaparecer.

—Señor Hang, quiero pedirle una disculpa... Yo no... —sus palabras fueron detenidas por las palmadas que recibió su espalda por parte del mayor.

—Tranquilo muchacho, no sé de qué te acuerdas exactamente, pero no fue tan grave, sólo lanzaste un adorno por la ventana y te hechaste a llorar para luego emborracharte y caer dormido. —la sonrisa del mayor desconcertó al menor, después de todo no estaba molesto —. Oye, escucha. Sé que tú y tu hermano están solos, prácticamente estoy en la obligación de saber todo de todos y yo sé de tí que eres un buen muchacho. Relájate, sé que no es fácil y tienes que pensar muy bien que vas a hacer, deja te presento a mi familia y si me lo permites, yo te ayudaré a solucionar todo ¿De acuerdo?

Podrían llamarlo débil pero sintió sus ojos arder ante las palabras del hombre, jamás en su vida antes le habían dado unas palabras de aliento y ahora resultaba que encontraba a ese agradable señor como el padre que nunca tuvo, porque sí, jamás lo tuvo, y a pesar de saber ahora quién verdaderamente era su padre lo veía como un extraño, a pesar de que cualquiera puede ser mejor opción de padre que Kim.

Recuerdame Hoy Y Siempre (Kooktae).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora