Todo lo que necesito.

Prólogo.

-Es difícil identificar a alguien que está contigo porque realmente te quiere. -Susurró Maya mientras paseaba sus dedos juguetonamente por la espalda desnuda de Damian.
-¿Por qué lo dices? -Damian la miró fijamente arqueando su ceja izquierda.
Ella suspiró y se sentó en la cama cubriéndose la mitad del cuerpo con la sábana.
-Porque bueno, las personas que me rodean casi siempre están ahí por interés. Sea sexual o cualquier otro. Una basura.-Enredó un mechón de su rizado cabello en su dedo, jugando con él. -¿Estás conmigo porque me quieres o porque soy una diosa en la cama, cariño?
Damian esbozó una sonrisa ladeada observando cada facción de la mujer que tenía frente a él y luego aclaró su garganta antes de hablar. -Que modesta, amor.
-Eso no responde mi pregunta.
-¿Cuál crees tú que sea la respuesta? Si sigo aquí después de verte con ese aspecto de zombie recién atropellado luego de que te despiertas.
-Eres un idiota. -Maya le dio un puñetazo en el hombro.
Damian hizo una mueca de dolor tomando las muñecas de la chica con delicadeza entre sus manos y se aproximó a besar sus labios lentamente. -Te amo, mi precioso zombie.
Y Maya sentía que su corazón se detenía al escuchar esas palabras.