ELLA ERA LA INDICADA
|Leonardo Pereira|Venía cuando la llamaba y se iba cuando se lo pedía. Callaba cuando le ordenaba y reía cuando la elogiaba. Ni una sola falla, ni un solo error, pero como me irritaba tanta perfección.
— Señor, necesito que me firme está autorización — me dijo Casandra, la chica de recursos humanos.
— ¿Para qué es esto?
— El señor Javier necesita una nueva secretaria.
Un impulso de mi parte, sin duda.
— Mande a Valeria a su área.
— Pero ella es su secretaria. ¿Qué hará usted?
— Yo me encargo de eso.
Tomé las llaves de mi auto e indeciso entre hacerlo y no hacerlo, manejé directo a su casa.
¿Una disculpa? Vaya broma. Ya iba a encontrar el modo de convencerla, pero una disculpa jamás le iba a dar.
Llegué a su casa la cuál estaba seguro que jamás olvidaría en mi vida. Dudé varias veces en llamar a su puerta y pedir verla. No me creía capaz de soportar a sus padres una segunda vez. ¿Realmente estaba dispuesto a regresarla a mi vida? ¿Cuan jodido debía estar?
Me recargué sobre el coche para meditar un poco más lo que se suponía debía decir y hacer que no implicara una disculpa. Algo llamó mi atención y en la clara oscuridad de la noche que nos abrasaba, vi como se acercaba a pasos lentos hasta donde yo me encontraba.
Perdida, su mirada estaba perdida en mi.
— Deje de mirarme como si no fuera real.
— ¿Es real? — preguntó y realmente parecía que me estaba imaginando.
— Solo usted, señorita Stone — me divertía verla desconcertada — Y nadie más.
Solo era un remordimiento que quería aplacar al despedirla injustamente. Solía ser un hijo de puta la mayor parte del tiempo, y vaya que lo sabía, pero también sabía reconocer cuando me equivocaba. Y estaba claro que está vez había cometido un error.
— ¿Qué haces aquí, Leonardo?
— ¿Leonardo? — fruncí el ceño.
¿Cómo se atrevía a llamarme por mi nombre? Estaba a punto de retornar, subir a mi coche y dejarla a su suerte.
— Ya no es más mi jefe, así que puedo hablarle como se me de la gana. — respondió cruzándose de brazos.
— Señorita Stone — la fulminé con la mirada — Se está pasando y yo ni siquiera he comenzado todavía.
— No tienes que hablarme con tanta formalidad. Yo ya no soy más tu empleada.
— Bien, Sara — me rendí ante su agravio — Vine a pedirte que vuelvas.
— ¡Ja! — se mofó — ¿Y por qué haría eso? No sabes lo feliz que me encuentro desde que deje de ver tu horripilante cara.
¡La mataba! ¡Definitivamente la mataba! Vale, debía relajarme.
— Ni tu te crees eso — decidí tomar su insulto con humor. Era como un estar a mano — Soy un placer a la vista.
— Eso solo se lo diría su abuela.
Bien, sabía que estaba molesta y estaba en todo su derecho. Se que no la había tratado de la mejor forma posible.
— No vine a pelear —me acerqué hasta ella en dos cortas zancadas — Estoy aquí para aclarar ciertos puntos. Debo reconocer que eras muy eficiente en tu trabajo dejando de lado que destruías todo a tu paso.
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LA CHICA DESASTRE ©°
Romansa[COMEDIA ROMÁNTICA] - [ENEMY LOVERS] Sara Stone es contratada cómo chaperona por parte de una empresa muy famosa. Ella tiempo atrás soñó con trabajar en aquel lugar, pero por desgracia era rechazada constantemente. Un día para ella todo eso cambió y...