Día 49

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Se encontraba en su antigua casa, donde vivió casi toda su infancia. Tantos recuerdos felices paso ahí, con sus hermanos, con su padre, con ambos alemanes, sobre todo con el menor de estos al cual esperaba. Ya sabía que estaba soñando ¿Por qué otra razón estaría aquí?

Estaba decidido a enfrentar al alemán y decirle adiós para siempre, algo que pensó había hecho hace un par años. Le avergonzaba el hecho de haber estado aferrado al alemán a pesar de haber pasado años de su muerte, y se odiaba por que durante esos años quiso volver a verlo, disculparse por todo lo que hizo directa e indirectamente, poder regañarlo por ocultarle que estaba mal, y abrazarlo mientras reían al contar lo que había pasado en su ausencia. Tal vez hasta...volver a intentarlo.

Se maldijo por años cada vez que venía ese pensamiento.

¿Qué no fue él quien terminó la relación?

¿Qué no fue él quien le dijo que ya no lo amaba cuando el alemán le pregunto?

¿Qué no se alegró cuando Ali le dijo que se estaba enamorando de alguien más?

No entendía por que soño tantas veces con volver a besarlo, tenerlo entre su brazos y que lo mimara como cuando eran niños.

Pensaba que era por que RDA fue su único y primer amor, ya que nunca se interesó por alguien más, tal vez por miedo, o tal vez por que enserio nadie le atraía. Muchas veces sospecho que no volvería a amar, y hasta se le ocurrió que era asexual, y lo hubiera creído de no ser por todo lo que pasó con Ali.

Se alegró tanto cuando dejó de pensar en el regresó del alemán, fue como quitarse un gran peso de encima. Claro, hasta hace dos noches.

Y no quería que el alemán lo siguiera atormentado, no después de lo que pasó ayer. Recordar la sonrisa del americano que sabía sólo era para él, sus ojos mirándolo con ternura y al mismo tiempo tenían ese toque de deseo que le volvía loco, los besos dulces y lujuriosos que aún podía sentir claramente, y las suaves caricias que recorrieron su piel causándole escalofríos y un calor indescriptible.

USA podia volverlo loco con una sola mirada. Quería hundirse en esa locura tan extraña que sólo el americano podía darle. Deseaba poder gritarle al mundo que ese psicópata era solo suyo, y que el era único que podía recibir esa mirada estelar llena de amor. Sonaba horriblemente cursi, pero era lo que en verdad sentía.

Aunque, claro, estaba ese gran problema sobre sus propios sentimiento. El miedo a amar y lastimar al contrario. USA estaba logrando que esos pensamientos se esfumaran y por eso mismo quería deshacerse del alemán "fantasma".

Tenía que averiguar por que volvía a soñar con RDA. Por que su subconsciente quería que lo perturbara.

RDA- ¿Quieres que te lo recuerde?

Había estado recorriendo la casa, y le dio un buen susto al verlo parado en la entrada de la cocina.

RDA- ¿Y bien? - Levantó una de sus cejas esperando a que le respondiera.

Rus- No le dirigió la palabra, solo lo miro enojado deseando que se marchará o por lo menos se quedará en silencio. Y a pesar de eso aún se podía notar el miedo con sólo ver que el alemán se acercaba comenzaba a temblar.

RDA- Sabes que estoy aquí para que te des cuenta de que no me has olvidado.- Quedó justo frente al ruso, mirándolo fijamente a los ojos. Rusia agradeció el haberlo soñado sin grietas. - Y para  que entiendas lo dañino que eres. - Tomo la mejilla del menor sólo con la yema de sus dedos. - No importa que lo niegues cariño.

Rus- Déjame en paz. - Empujó levemente al mayor esperando intimidarlo. - Ya había superado esto, yo no tengo la culpa de nada, todo lo que paso fue casualidad o un estúpido  malentendido, así que vete de aquí.

ªNØR3XĪÇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora