14.

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Minho.

Cuando desperté por la mañana con la alarma que había dejado el día viernes, mi cabeza punzaba de una forma horrible, por lo que cerré los ojos fuertemente e intenté sentarme poco a poco. Ya que pude abrir los ojos me llevé la mano izquierda a la frente, mientras me apoyaba en la otra y miré mi habitación; la ropa que había utilizado ayer estaba en el cesto de ropa sucia y mi pijama estaba a los pies de la cama, un poco desordenado. En ese momento caí en cuenta que sentía algo de frío y claro, era porque no llevaba nada más que mis bóxer puestos. ¿Qué había pasado anoche? No podía recordar nada, solo recordaba pequeños flashback, más que nada las sensaciones y un cuerpo sobre mí calentándome. Eso tendría sentido, ya que no llevaba casi nada de ropa. Seguramente había sido Felix, debía haberme ayudado a quitarme la ropa y no pudimos detenernos. Esperaba que Jisung no hubiese escuchado nada.

Me levanté como pude, me puse una camiseta que estaba tirada por allí y me dirigí al baño para lavarme la cara, necesitaba despejarme un poco y despertarme completamente. Mi cabeza ya no dolía tanto, pero seguía punzando levemente, así que busqué una pastilla en el cajón bajo el lavabo y me la tomé con un gran sorbo de agua de la llave. Después de desayunar necesitaría una ducha. Según mi alarma eran las diez de la mañana y, por lo que había dicho Jisung ayer, el padre nos estaría esperando a las dos, luego de que los niños y niñas hubiesen almorzado, por lo que aún tenía tiempo para recomponerme.

Salí del baño y caminé hacia la cocina, cuando entré vi a Han, estaba de espaldas a mí, preparándose algo.

–Buenos días —lo saludé—. Me duele muchísimo la cabeza —bufé—. Siempre que pasa creo que debería hacerte caso, pero cuando estoy bebiendo no puedo hacerlo —reí.

Abrí la puerta de la nevera, no sabía si comer algo o no, tenía el estómago revuelto. Lo medité un momento y decidí solo comer un poco de arroz, esperando que eso relajara mis entrañas y no les hiciera mal. Me di la vuelta para hacerme un té, quizás eso también ayudaría.

Jisung aún no volteaba a verme, así que toqué su hombro, haciéndolo saltar. Lo miré medianamente asustado cuando se dio la vuelta rápidamente.

–¿Ocurre algo?

Parpadeó y negó.

–Entonces ¿por qué actúas tan raro?

¿Habría escuchado algo? Pero si era así ¿por qué actuaba exaltado/asustado y no exaltado/furioso?

Tragó saliva y negó nuevamente.

–No es nada, tuve algunas pesadillas.

Asentí.

Mientras lo hacía sentí algunos pasos por el pasillo y divisé como un pequeño pecoso sobándose los ojos y con un pijama de Jisung se asomaba por la sala.

–Hola —sonrió.

–Hola —sonreí de vuelta.

Frunció el ceño y miró a mis espaldas, donde se encontraba Han, este levantó una mano sonriendo.

–Hyung, ¿te sientes enfermo? No hace tanto frío como para llevar una bufanda.

Volteé completamente para mirarlo mejor y, en efecto, tenía una bufanda. Fruncí el ceño y llevé mi cabeza hacia atrás, confundido. Aunque estábamos en verano los días habían estado un poco nublados, quizás llovería en uno de estos, pero no creía que fuera para tanto.

Jisung tosió levemente, parecía de forma fingida, pero tenía las mejillas algo rosadas y se acomodó la bufanda.

–De hecho, sí —murmuró—. Me duele un poco la garganta, debe ser por los cambios de temperatura, así que preferí ponerme una bufanda, para que no se agrave —asintió.

Sé que sientes esto~ [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora