Pickme Girl [Pablo García]

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Esta vez llegué temprano a la escuela pues quería subir un rato al techo antes de entrar a clases, llevaba días torturando a mi cerebro con mis pensamientos que creo que necesitaba un descanso, como siempre con mis audífonos y la vista esta vez en el horizonte eran mi única compañía.

Estaba tan sumida en mi tranquilidad que no sentí como alguien se me acercaba por detrás y ponía un pañuelo sobre mi nariz y mi boca, “el vengador” fue lo último que pensé antes de caer en la oscuridad.

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El vengador esta vez espero a que la ahora directora y Lulú se unieran adentrado a sus oficinas para llevar a cabo el plan, pues Luis preciso en su dibujo que la gente debía verla.

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Cuando desperté estaba atada a una silla de manos y piernas, tenía una venda en los ojos, cinta en la boca y no podía escuchar nada, un líquido espeso corría por mi cara, trataba de gritar, de soltarme pero no podía y tampoco lograba escuchar a algo o alguien, estaba muy asustada.

Lo primero que me vino a la mente al pensar en un lugar seguro, fue entre los brazos de Pablo, si había cometido sus errores pero sabia que en el fondo aun existía ese niño que me ayudo cuando mi pez dorado murió, el que le construyo un ataúd con la caja de uno de sus juguetes, el que me ayudo a enterrarlo y me abraso hasta que deje de llorar, luego fue y rompió su cochinito para comprarme un helado con sus ahorros, el que me defendió de los niños que me decían enana, elfo, pulga y otros comentarios por mi estatura, el que me salvo de un chico quien solo quería estar conmigo por una apuesta, el que hizo que todos nuestros compañeros dejaran de molestarme porque sabían que si lo hacían era meterse con Pablo, incluso las niñas sabían que no debían meterse conmigo porque entonces no tendrían ni una oportunidad con él.

Esta vez si sentí cuando alguien se acercaba y gracias a Dios era para ayudarme, dos personas me empezaron a quitar las ataduras en mis piernas y brazos luego la venda de los ojos y lo que me impedía escuchar, ahí fue cuando pude ver que eran Ernesto y Dario los que me ayudaban.

—Tranquila Saphira te vamos a ayudar

En cuanto me quitaron la venda de la boca grite.

—¡Pablo!

A un par de metros vi cómo corría con todas sus fuerzas y empujaba al gentío de alumnos que me rodeaba para llegar a mi, una vez estuvo cerca me lance hacia el abrazándolo para que me protegiera de cualquier cosa.ñ y si antes ya estaba llorando ahora lo hacia mucho mas.

—Tranquila ya estoy aquí no te va a pasar nada  

—No me sultes

—Nunca

Me cargo y me llevo al baño de niñas y sin importar que, se quedo conmigo.

Cuando me vi al espejo me asuste todavía mas, mi ropa estaba hecha pedazos, rasgada y cortada, por mi cara corría sangre, de mis ojos, boca y orejas así que rápidamente me limpie para saber si era mía o falsa porque no me dolía nada, aunque podía ser que la adrenalina en mi cuerpo hiciera que no lo sintiera.