La semana que siguió al desastroso retiro en el lago, Han se refugió en el trabajo para evitar obsesionarse con lo que había ocurrido. La página web de Parejas Han estaba ya en funcionamiento, y recibió su primera consulta por correo electrónico. Se reunió por separado con Heo Chan y Jihyo, que no estaban destinados a enamorarse, pero habían aprendido algo el uno del otro. A su puerta llegaron algunos jubilados que lo
tuvieron ocupado más tiempo de lo debido, pero él sabía lo que era la
soledad, y fue incapaz de rechazarlos. Al mismo tiempo, sabía que le hacía falta pensar a lo grande si pretendía ganarse así la vida. Examinó el balance de su cuenta bancaria y decidió que sólo le daba para ofrecer una fiesta con vino y queso a sus clientes más jóvenes. Se pasó la semana esperando que llamara
Minho. Que no lo hizo. El domingo, después de comer, estaba escuchando en la radio temas clásicos de Prince mientras sacaba algunas compras de la bolsa cuando sonó el teléfono.-Hola, ardilla. Cómo va todo?
Con sólo oír la voz de su hermano Doung, se sintió un inepto. Le visualizó igual que le había visto por última vez: rubio y guapo, una versión masculina de su madre. Metió una bolsa de zanahorias en la nevera y apagó la radio.
-increíble. Qué tal las cosas por Lalalandia?
-La casa de al lado acaba de venderse por un millón doscientos mil. Ha
estado en el mercado menos de veinticuatro horas. Cuándo nos vas a hacer otra visita? Hyubin te echa de menos.-Y yo a él. -No del todo cierto, ya que Jisung apenas conocía a su sobrino. Su cuñada tenía al pobre crío tan abrumado con compañeros de juego
y clases de refuerzo para niños pequeños que la última vez que había ido a verles le había visto dormido en su sillita la mayor parte del tiempo. Mientras Doung continuaba perorando sobre su fabuloso barrio, Han se imaginó a Hyunbin apareciendo en su puerta como un fugitivo de trece años neurótico y
lleno de tics, huido de su casa. Él velaría por devolverle la salud mental
enseñándole sus mejores trucos para vagos, y cuando él creciera hablaría a sus hijos de su amado y excéntrico tío Jisung que había preservado su cordura y le había enseñado a apreciar la vida.-Y escucha esto -dijo Doung-: la semana pasada sorprendí a Wendy
regalándole un Mercedes nuevo. Ojalá hubieras visto la cara que puso.Han miró por la ventana de la cocina al callejón en el que Sherman se freia al sol como una enorme rana verde.
-Apuesto a que le encantó.
-Y que lo digas. --Doung siguió hablando del Mercedes: el interior, el
exterior, GPS, como él quería. En cierto momento lo dejó en espera para atender otra llamada: otro parecido con Minho. Por fin, fue al grano, y entonces Jisung recordó la razón principal por la que solía llamar Doung: para echarle un
sermón. - Tenemos que hablar de mamá. He estado discutiendo el problema con Minhyuk.-Mamá es un problema?-Abrió un bote de dulce de malvavisco y le
metió mano.-Bueno, ardilla, no se está haciendo más joven, pero tú no pareces
reconocer ese hecho.-No tiene más que sesenta y dos años -dijo, con la boca llena de dulce-
Un poco pronto para llevarla a una residencia.-Te acuerdas del susto que tuvo el mes pasado?
-Si fue una sinusitis!
-Puedes quitarle importancia si quieres, pero le van pesando los años.
-Se acaba de apuntar a clases de windsurf.
-Sólo te cuenta lo que quiere que oigas. No le gusta dar la lata.
-Podían haberme engañado. - Tiró la cucharilla sucia al fregadero con
más fuerza de la necesaria.
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Cázame si puedes || Minsung
FanfictionJisung está harto de ser el único fracasado en una familia de triunfadores. Pero todo eso va a cambiar ahora que se ha hecho cargo de la agencia de contactos de su difunta abuela. Para promocionar la agencia en grande, lo único que tiene que hacer e...