Born Gifted | Minsung

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Entré en el aula de arte. Un día normal de escuela, nada más.

Fui a mi pupitre. Minho ya estaba ahí sentado, mirando su libreta de dibujo. Me gustaban sus trabajos pero no tenía ni idea sobre esas cosas. "Hola, Minho", le dije sonriéndole mientras me sentaba. Me miró por un momento, me dio una pequeña sonrisa y se volvió a concentrar.

Suspiré en silencio y observé al profesor. Traté de hablar con Minho pues era la primera vez que le veía en la clase de arte pero en sí nunca llegó a contestar, tal vez porque yo no estoy tan interesado en el arte o es solo tímido. No me voy a rendir.

"Okay chicos", el profesor empezó y yo ya me había desmotivado. "Esto va a ser un trabajo en parejas, lo haréis con el que estéis sentados".

Eso quería decir que tenía que trabajar con Minho y sabía que ya la había cagado. Soy malísimo en arte y podría arruinar su buena nota. Como se esperó Minho suspiró y sonó muy estresado. Gracias, yo también te quiero bro.

"Todos vais a hacer una obra de arte. Podéis usar todo el material que necesitéis. La prueba se trata de expresar vuestros sentimientos y vuestro compañero tiene que averiguar que tratan de expresar", dijo el profesor y ahora era yo el que suspiraba estresado. Soy malo dibujando, pintando y expresando. Genial.

Esta era nuestra tarea. Nos dijo algo sobre artistas famosos y Minho escribió cada palabra que dijo mientras yo me sentaba alrededor sin nada que hacer.

Después de la clase de arte Minho me habló. Para ser sincero, él me dirigió la palabra por primera vez. "Quedemos en el descanso. Quiero una buena nota y quiero enseñarte un poco", murmuró. Incluso si murmuraba y solo quería salvar su nota yo estaba orgulloso porque me había hablado. Yo accedí y fui a mi siguiente clase.

En el descanso delante del aula de arte. Sin decir una palabra hizo un amago de que le siguiera y eso hice. En un instante estábamos de pie delante de una habitación que ni siquiera sabía que existía. Abrió la puerta y fui golpeado por el arte.

La habitación entera estaba llena de lienzos. Conocía algunas obras pero también vi cosas nuevas. "Esta es la habitación del arte. Algo como una galería de arte", explicó. "Aquí hay algunas de mis obras y también algunas de mis amigos. Quiero practicar la expresión del arte contigo".

Yo me eché el cabello hacía atrás y miré los lienzos. Cada una de las obras era preciosa, pero yo solo veía la obra. No veía sentimiento o una historia detrás de esta.

Después de unos diez minutos Minho se dio cuenta de que eso era algo que nunca iba a obtener. "Sabes qué, veámonos mañana otra vez", decidió Minho. "Todo por tus buenas notas", murmuré. "¿Podemos al menos comer juntos en el descanso del almuerzo?".

Minho salió de la habitación rápidamente pero yo no quería rendirme.

En el descanso del almuerzo ni siquiera le pregunté y solo me senté en frente de él. "¿Me odias o algo? ¿Porque no me gusta el arte?", pregunté pero Minho no me respondió.

¿Eso era que sí?