21: emoji taza de café.

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¿Qué si he dormido? Bueno, no, o jugaba a algún juego en el ordenador o estuve viendo algún capítulo de una serie. Era incapaz de pegar ojo, y mientras mi mejor amiga roncaba en mi cama a gusto. A las ocho de la mañana decido despertar a Laia, más que nada porque pensaba estudiar y si la tenía allí no iba a poder tocar los apuntes.
Y si, fue ese el gran resumen del domingo. Ese y que he perdido el móvil. Sabía yo que no era buena idea apagarlo. Y literalmente he removido mi habitación entera buscando el maldito cacharro, pero no está, se ha desvanecido.

Y tal y como llegó el domingo, se fue. Mis padres me han tenido que despertar porque si, continúo incomunicada. Pero como dice el dicho, dejaré de buscarlo para que solo aparezca. Porque es que es imposible que huya de mi.

Medio adormilada bajo del metro en mi parada y en modo zombie llego a la cafetería donde un italiano enfadado me espera de brazos cruzados. ¿Habíamos quedado? Se acerca a mi lado y me corta antes de que pueda pedir un café.

"Señor, el café es sagrado"

- Me da igual - Uh, parece que está muy enfadado. ¿Y yo que he hecho? - Si lo que querías era echar un polvo y ya está me lo dices pero no finges interés durante todas estas semanas - gruñe.

Un segundo, ¿qué?

- No, no me pongas esa cara de "Damiano no se de que me hablas" - imita mal mi voz y en otro momento me habría reído, pero soy consciente de que ahora mismo no es una buena idea. - Me has ignorado todo el fin de semana, bueno, todo no, desde que saliste de mi casa y yo te hablé. Si solo era para ti echar un polvo me lo podrías haber avisado, al menos me habría ahorrado muchas cosas.

- ¿Qué? - lo siento, pero estoy demasiado dormida para procesar todo. Obviamente sigo acumulando horas de sueño que necesito. - He perdido mi móvil, por eso no he dado señales.

- He escuchado excusas mejores - bufa molesto.

- Si no me quieres creer ese es tu problema - digo molesta, quiero café y me está interrumpiendo "el tío que habla con Elisa".

- Claro que hable con Elisa, ella me dijo que iba a verte, lo cual no lo entiendo si os odiáis, y le pedí que te dijera que prestaras atención a tu teléfono - gruñe. Cojo su café y me gruñe de nuevo, ¿qué? Necesito cafeína y él no me deja pedirme uno. - ¿Y encima me robas el café? Es que te juro que no entiendo como me puedes gustar - eso último se le ha escapado y lo sé por la reacción que ha tenido acto seguido después de decirlo. Nervioso traga y fija sus ojos en algo más interesante que haya tras de mi, luego vuelve a clavar sus ojos en mi. - ¿Elisa te dio el mensaje o no?

- No, bueno, me dijo que hablabais pero no me dio tu mensaje - confieso y él asiente frustrado. - ¿Te gusto? - ladeo las cabeza y muerdo mi lengua para no continuar hablando. Una vez más Damiano bufa y evita mirarme a los ojos, confirmando sus palabras.

- Eso no importa, ¿por qué me has ignorado? - dice frustrado y más viendo como me estoy bebiendo su café, pero no hace nada por quitármelo. - Honestamente me tienes muy confundido, porque no sé si todo ha sido parte de un juego o que te has arrepentido.

Un segundo, ¿acaba de decir que está inseguro con el asunto? Bueno, ¿acaba de pensar que todo es un juego? Básicamente es lo que yo pensé cuando Elisa me hizo creer que ellos dos tenían algo.

- ¿Cómo sabía Elisa que habíamos quedado? - digo molesta y dando otro buche a su café. Frustrado se pasa una mano por su corta melena, aún no me acostumbraba, pero lo cierto es que le quedaba muy bien. Pero centrémonos.

- Ella me habla de vez en cuando, normalmente no le hago caso pero al ver que llevabas un tiempo sin responder pues le escribí. Me raye, vale que solo quería que vieses un meme de un mapache, pero me extraño que no me respondieras, y ella me escribió diciendo que tenía una cena en tu casa - coge aire, parece que lo del meme le ha dado vergüenza y la verdad es que se le ve tierno con el leve sonrojo. - Que por cierto, ¿por qué cenaba contigo?

- Es una larga historia - digo dejando escapar el aire que tenía retenido.

- Pues mira que suerte que no haya clases a primera hora - aun sigue serio pero agradezco que haya usado ese tono burlón.

Tira de mi fuera de la cafetería y buscamos un banco libre, aunque haga mucho frío, no me apetece entrar a ningún sitio. Por cierto, me he apropiado de su café por completo.

- Sobre mi móvil, no es mentira, lo he perdido - confieso avergonzada. - Si que es verdad que Elisa y yo tuvimos una conversación no muy agradable, apagué mi teléfono para no dejar caer mi enfado sobre personas que no tenían la culpa y después pues no sé qué hice con el y llevo incomunicada desde ayer.

- ¿Puedo preguntar...?

- Elisa me dio a entender que estuvo contigo antes de que nos viésemos - le interrumpo y él me miró con el ceño fruncido.

- No he quedado con ella - creo que le ha dolido lo que he dicho.

- Ella atacó a una de mis inseguridades - avergonzada evito mirarle.

- Yo no soy el capullo de tu ex - dice molesto. Trago saliva.

- No te estoy comparando con él - aclaro y le miro de reojos. Sus ojos oscuros están clavados en mi y me siento aún más nerviosa, y si no quiero que me de un ataque de hiperactividad debería de relajar el ambiente.

- Elisa es una hija de puta - murmura. Bueno, ese giro no me lo esperaba. - Se que no me estás comparando, por eso no te preocupes, no quita que no esté molesto - dice señalándome con el dedo. - Ya decía yo que me extrañaba su amabilidad, ¿qué te dijo, qué estábamos liados o algo? Imagino que si - niega molesto. - No me gusta jugar a dos bandos Gabbi, es algo que he dejado claro. Antes de avanzar esto que tenemos, dejé a Gio. Podría haber seguido con ella y haber empezado algo contigo, pero no lo hice - sus palabras son bien claras. Agarra mi rodilla obligándome a mirarle. - No quiero que pienses que voy a jugar contigo. Quizás alguna vez por mi actitud he podido darlo a entender, pero te juro que jamas jugaría con los sentimientos de alguien. No soy esa clase de persona. Otra cosa no, pero responsabilidad afectiva si tengo - asiento y al ver que me he relajado su mano juega con mi pierna, la sube lentamente por mi muslo y precisamente y siendo más específica por la cara interna, obligándome a cruzar las piernas. Ríe y retira la mano. - Aún no hemos hablado de lo que pasó - susurra acercándose peligrosamente a mi.

- ¿Es necesario hablarlo? - susurro siguiéndole el juego. ¿Qué quizás me dé vergüenza? Si, pero eso es un mal menor.

- Bueno, también podemos ir al baño y volverles a dar un motivo para que los rumores sigan.

- Empiezo a pensar que es un fetiche tuyo eso del baño - rio.

- ¿Contigo? Cualquier cosa.

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Buenos días, os dejo este por aquí también como compensación de haber desaparecido. Además os regalo una foto de Damiano

 Además os regalo una foto de Damiano

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