Capítulo 22

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Tres horas para que el juicio comenzara y Chifuyu estaba encargado de la plaza principal. Aun así, sabiendo que era lo que Inui quería, se desvió del camino de regreso, sabiendo que debía vestirse para la ocasión, él solo se perdió entre la calles observando algunas luces encendidas. Observó la gran puerta de la biblioteca por varios segundos. Él ni siquiera tocó.

Abre la puerta con calma, tal vez Baji la dejó así, tal vez Baji lo esperaba, por su mente no corría ninguna explicación respecto a la puerta abierta. La cierra por seguridad, encontrándose con la biblioteca casi vacía y apenas luce azules iluminando los pasillos. Da un paso dudoso al interior, siendo silencioso para no alterar a lo que debería de estar adentro.

Tira por accidente algunos libros apilados en el suelo, ya que los estantes están casi vacíos, les resta importancia, siguiendo sus lentos pasos hasta llegar a una pequeña zona con sillones alrededor, encontrándose a Baji recostado en uno de ellos, con la pequeña bebé cargada en un brazo. Un pinchazo de cariño atraviesa su pecho ante la imagen.

La luz azul ilumina el costado derecho del cuerpo del humano, la niña envuelta en mantas se nota tranquila sobre los brazos de Baji, sobre su pecho. Chifuyu sonríe, sentándose con cuidado en el espacio libre que aún queda en el sillón, observado con cuidado de no despertar a ninguno.

Observa la mano de Baji por algunos segundos, levantando la suya propia y comparándola por mera curiosidad; las uñas del humano y las garras de Chifuyu, porque así eran los oscuros. Su muñeca era demasiado delgada, quizás al igual que sus dedos, mientras que las del humano parecían ser más gruesas.

Naoto en un futuro tal vez se parecería un poco más a los humanos, o a los oscuros. Mientras que su nueva cría, la cual no tenía nombre, sería por completo un humano. Ella estaría siempre al cuidado de Baji, tal vez. Ella viviría con miedo de los oscuros, tendría que ocultarse y sobrevivir, en la ignorancia de que ella también es un Oscuro... uno muy especial.

Observa el rostro de la niña, tan pequeño y delicado, tanto que cuando acerca su mano para poder tocarla tiembla por el miedo de lastimarla. La acaricia con el pulgar, teniendo especial cuidado, sabiendo que ella es frágil y podría romperse ante cualquier brusco movimiento. Ella es demasiado suave.

¿Cuánto tiempo viviría aquella hibrida? ¿sería tan longeva como un Oscuro o tan efímera como un humano? ¿Cuánto tiempo viviría Naoto?... ¿Cuánto tiempo viviría Baji?

Se recuesta a un lado, apoyándose en Baji, dejando caer su mano sobre el estómago de este y mirándolo de reojo dudoso de despertarlo. El corazón del humano late tranquilo, y puede escucharlo, no es como el de Naoto o como el de un Oscuro, no, es como Baji; como un humano. Cierra los ojos perdiéndose en el armonioso sonido que emitía el corazón de Keisuke.

Debía estar volviéndose loco si creía que estar con un humano era placentero. No lo era, no podía y no debía. Un Oscuro jamás debía dejarse engañar por algo tan vil como un humano, se lo repitieron cuando él era solo una cría, cuando nació. Se lo advirtió su padre cuando la tonalidad amarilla se convirtió en ámbar.

Baji despierta, y Chifuyu puede saberlo porque el humano se remueve para acomodarse mejor, así que se aparta, observándolo con tranquilidad salir de aquella ensoñación, esperándolo. Cuando Baji por fin puede mantener ambos ojos abiertos se miran el uno al otro, en completo silencio por varios segundos.

—¿Cómo está ella?— Pregunta Chifuyu.

—Soy un asco cuidándola— Responde Baji, haciendo un evidente puchero. —Yo... no se porque llora la mayoría del tiempo, a veces tiene hambre y la pongo a dormir y a veces tiene sueño y la pongo a comer ¡es difícil! No quiero que tenga frio pero no sé cuándo lo tiene y no sé cuándo es calor, bañarla es todo un reto porque tengo miedo de lastimarla, incluso cargarla es difícil y dormir con ella es...

Oscuro [Bajifuyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora