Pasaron los días.
- ¡Mamá! ¡Ya estoy aquí! - Violeta tiró la mochila al suelo la cual se queda sin vida junto al sofá.
-¡Hola, cariño!- Le grita su madre. Está preparando lo que parecen ser verduras salteadas o una especie de wok al estilo tailandés. Hacía un montón de tiempo que su madre no cocinaba y lucía así de contenta. Violeta la abrazó por la espalda y la besó en el cuello.
- ¡Pero qué bien huele! - Dijo mientras le daba otro beso en la mejilla.
- ¿Sí? ¿Te gusta?
- ¡Estoy deseando probarlo! - Violeta se sentó en uno de los taburetes de madera color chocolate oscuro, cogió una manzana amarilla de uno de los recipientes que llenaban la encimera, la limpió en su jersey y le dio un bocado mientras charlaba con su madre.
- Lástima... No es para nosotros... Bueno para mí sí... - Helen se sonrojó por completo, parecía que volviera a tener quince años otra vez y Violeta se dio cuenta de ello enseguida.
- ¿Qué? ¿Nos acabamos de mudar a este pueblucho y ya tienes una cita? ¿Pero cómo lo haces? -A Violeta le encantaba la idea, pero le inquietaba a la vez. - ¿Quién es el afortu...? - En ese momento sonó el timbre del desordenado apartamento.
Helena se sobresaltó:
- ¿Cómo estoy? - Violeta no se había dado cuenta, pero su madre se había puesto un vestido negro extra apretado con unas cuñas amarillas fosforitas, el conjunto le combinaba muy bien con su melena rojiza rizada, parecía mucho más joven.
- Espera. - Violeta le retocó el pelo. - Ya estás, perfecta.
Helen se dirigió a abrir la puerta, cogió el pomo y antes de empujarlo hacia abajo se alisó el vestido mientras Violeta le hacía una señal con el dedo pulgar hacia arriba. Helen abrió:
- ¡Patrick! No te esperaba tan pronto, no me ha dado tiempo ni a arreglarme. - Obviamente no era cierto. Helen se alegraba muchísimo de verle. Al entrar por la puerta Violeta no pudo creerlo...
- ¿Profesor? - Violeta no pudo evitar dejar que se le escapara una gran y sonora carcajada. ¡Era su nuevo profesor de filosofía! ¿Qué hacía allí? ¿Cómo había conocido a su madre? Todo era muy irónico.
- ¿Cómo que profesor? -Helen no la creía.
- ¿Violeta? - Su profesor no parecía muy asombrado. - ¡Somos vecinos!
¿Qué? ¿Primero una simple conductora de autobús sabía quién era su madre y ahora su vecino era misteriosamente su profesor de filosofía? Era todo muy siniestro, pero no había visto a su madre mirar a un hombre como lo hacía con Patrick. Bueno, un hombre, el joven profesor tendría seguramente cinco o seis años menos que su madre... Puede que incluso más...
- Hoy me he cruzado con tu madre en el descansillo. No había visto a una mujer tan atractiva desde hace mucho tiempo, no podía pasar la oportunidad, tenía que pedirle una cita... Y aquí estoy. - Helen y Patrick rieron a la vez tímidamente.
Violeta notaba algo extraño, pero antes de poder reaccionar su madre anunció que se irían a comer al piso del joven profesor.
-¿Todo bien, Vivi?
- Sí, estoy bien. Me iré un rato a mi habitación a descansar, o mejor, saldré a tomar un poco el aire...
ESTÁS LEYENDO
Veni,vidi,vici (EDITANDO)
Novela JuvenilQuizás creas que esta es una novela cualquiera. Pero te marcará para siempre. Todo va a cambiar en la vida de Violeta, pero no solo en la de Violeta... También en la tuya después de leer esta intrigante, misteriosa y romántica novela. Juveni...