#ㅤ𝐃𝐄𝐀𝐑 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑 - 𝐇𝐀𝐓𝐄𝐑 | sakuatsu。

Dear lover - hater.

Si no fuera por las veces que había sacado ese lado curioso cuando algo en su campo de visión no encajaba y terminaba con mil golpes por todos lados al no alcanzar el objeto que le llamaba, ninguno creería que era hija del mismísimo Atsumu Miya, el famoso armador del MSBY. Y es que, la pequeña de ojos cafés y cabello oscuro y rizado como el de su padre, jamás había mostrado su lado Miya a pesar de recorrerle por su sangre frente a otras personas. Eso sí, si eran de confianza, más les valía salir corriendo, y mucho más cuando padre e hija se juntaban en una reunión entre amigos o familiares. Eran el claro ejemplo del dicho " de tal palo tal astilla ", solo que, bueno, Sayumi había tenido la suerte de heredar la inteligencia del azabache.

A excepción de ese día, esa caja, ese armario, y esa silla del escritorio pegada a la pared para alcanzar la parte de arriba a la cual no llegaba ni aunque se colocara de puntillas.

Hacía un buen rato que la menor estaba tumbada en su cama mirando el techo sin saber que hacer, jugando con uno de los balones de voley que tenía por su habitación, tirándolo arriba y golpeando a cada que bajaba. Un largo suspiro escapó de sus labios al estar cansada de hacer una y otra vez la misma acción por más de diez minutos seguidos, por lo que dejó caer el balón a un lado y observó su alrededor, en busca de algo con lo cual entretenerse. Pero nada, no había nada interesante. Pensó en avisar a sus padres para que ellos les avisaran a los padres de sus amigos si podían reunirse, jugar un rato con su grupo de amigos no era una mala idea.

Bajó de la cama, dispuesta a correr escaleras abajo en busca de alguno de los dos mayores, pero sus ojos divisaron de reojo como una de las puertas de arriba del armario estaba entreabierta. Ella no recordaba haberla dejado así, tampoco es como si llegara a esa altura para poder abrirla o cerrarla. Pensó por segundos y miró la silla de su escritorio. ¿Y si...?

Se acercó rápidamente a la silla y la arrastró hacia el armario, pegándola a la pared para tener mejor estabilidad por si llegara a caerse, cosa que estaba deseando que no pasara para no alertar a sus padres. Con cuidado subió, agarrándose del respaldo y apoyando sus manos en el mismo armario, extendiendo su brazo mientras formaba una mueca con sus labios. Con esfuerzo y casi con un gran golpe en la cabeza de no ser por el puff a su lado, consiguió tomar la caja mal puesta que había tras esa puerta. Era pequeña, pero parecía pesar lo suyo. Su curiosidad aumentó al ver una cola de animal, de un peluche, saliendo por uno de los lados de la tapa. ¿Y a qué esperaba?

Se dispuso a abrir la caja cuanto antes, pero la misma tapa llamó su atención. ¿Cómo no se había fijado antes en eso? Con letras grandes y con mil colores, había escrito un " Dear lover - hater ". Desgraciadamente su inglés no llegaba a tal nivel como para entenderlo, pero sabía que algo de ' amor y odio ' estaba escrito en ese cartón. Lo dejó a un lado y se dispuso a mirar el interior de la caja. Sus ojos se abrieron como platos y sus labios formaron una o de sorpresa al encontrar mil cosas diversas de sus padres adentro. Decidió tomarlo con calma, levantándose del suelo y dirigiéndose a la cama, dejándose caer en ella sentada con la caja entre sus manos. Tenía un largo rato para mirar todo aquello.

Lo primero que sacó fueron unas cuantas fotos amontonadas y con una goma para que no se perdieran o se dispersaran por toda la caja. Con delicadeza alejó esa goma, dejándola a un lado, y comenzó a mirar cada una de las fotos. La primera le sorprendió, o al menos bastante al ser la primera vez que los veía así. Atsumu sonreía en grande junto a otros compañeros, mientras que Kiyoomi trataba de alejarlo de él, formando una mueca de desagrado. Sayumi quedó pensando al ver la fotografía. ¿Alguna vez había visto a sus padres así? No, el rubio parecía ser una garrapata y no soltaba al azabache ni aunque su vida corriera peligro a su lado. Sí que era extraño... Continuó mirando, dejando la imagen a un lado y siguiendo con la segunda que había en ese montón. De nuevo sus padres juntos, solo que esta vez estaban solos. Parecían estar en la fiesta de alguien, y por lo que pudo comprobar al mirar el fondo, era en la fiesta de uno de los que llamaba tíos, ya que lo conocía desde que tenía memoria: Bokuto. Era el estadio del MSBY, lo sabía perfectamente. Había estado más tiempo en aquel lugar que en su propia casa. Siguiendo con la fotografía, en ella sus padres parecían estar dormidos en el sillón de la sala en la que solían reunirse en los descansos. El rubio estaba encima del mayor, abrazándolo mientras recostaba su cabeza en su pecho. Sayumi creyó que alguno de sus compañeros los había fotografiado para guardar ese bonito momento. Pasó de imagen, sus padres tendrían, seguramente, unos diecisiete años. Era un campamento, tal vez era aquel campamento nacional del que habían hablado varias veces. Había distancia entre ellos, así que supuso que todavía se estaban conociendo, o simplemente era a causa de la fobia de su padre.