rude › sungsun

꒰capítulo trece꒱

❛ 열셋 ❜

Dos días más pasaron antes de que Sunghoon y Sunoo volvieran a la escuela, Jimin los había justificado a ambos así que no había tanto problema respecto a sus faltas.

Ambos caminaban de la mano entre los pasillos del instituto como siempre, había una que otra persona mirándolos como si fueran lo peor del mundo.

Pero eso no les importaba, no mientras se tuvieran el uno al otro.

—Hoonie, ¿por qué hay tanta gente en nuestra aula? —cuestionó el castañito, aferrándose a la mano de su novio, Sunghoon se colocó frente a él para evitar que la multitud afuera de su salón le lastimara con algún movimiento.

—No lo sé, algodoncito. —respondió con la misma confusión que su pequeño novio, alzó una ceja observando a la bolita de personas y sin importarle los empujó para obtener paso.

—¡Oye, fíjate!

Sunghoon posó sus ojos en la persona que le había reclamado, chasqueó su lengua y se acercó aún tomado de la manita de su novio.

—Fíjate tú, esta es una aula, no un centro de diversiones.

El pelinegro siguió con su camino después de interactuar algunas cuantas palabras con el chico fastidioso, una vez que llegó a su butaca notó que estaba ocupada por alguien a quien no había visto.

—Quítate de mi asiento. —soltó sin más, no estaba dispuesto a dejar que alguien robara su butaca, una que estaba a lado de su noviecito.

—¡Un gusto! Soy Seongmin, recién ingresé a esta aula hoy.—se presentó aquel castaño tendiéndole la mano pero sin levantarse en ningún momento de la butaca.

—No me interesa quien seas, quítate de mi asiento.

—¡Hoonie! —reprendió Sunoo desde su butaca, sus cejitas alzadas indicaban que estaba enfadado—. No seas grosero, es un nuevo compañero.

Sunghoon rodó sus ojos y se cruzó de brazos, él sólo quería recuperar su asiento cerca de su novio.

—¡Oh, que ven mis ojos! ¿Acaso eres tú, Sunoo? ¿Acaso el jardín ha florecido de nuevo? Porque estoy viendo a mi pequeño pétalito.

Las mejillas de Sunoo se sintieron calientes y balbuceos salían de su boquita intentando decir algo.

—¡Seongmin!

—¿De dónde saliste tú, poeta de cuarta? —cuestionó Sunghoon con ironía, metiéndose en la charla. Empujó su lengua hacia su mejilla dejando en claro su desagrado, se acomodó la mochila en su hombro y bufó mirándolo—, quítate de mi asiento, no estoy de humor para ser una alma amable hoy.

—¡Nunca lo estás!

El grito de Jake desde la butaca de atrás hizo reír casi a todo el salón que estaba expectante a la charla que tenía el nuevo con el chico más borde de la escuela.