5. 𝑆𝑢𝑒𝑛̃𝑜𝑠

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Xiao Zhan por la noche, tenía pesadillas a menudo.

No recuerda la edad exacta en que todo comenzó. O quizás sí, pero prefiere ignorar sus orígenes.
Le resultaba innecesario pensar en ello cuando no le ayudaba a disminuirlas, o al contrario... las empeoraba.

Sabía que pensar en la muerte de su madre no traía a colación cosas buenas para él. En realidad, parecía darles voz, volumen y presencia a los aterradores sueños.

El concepto de estas cambió con el pasar de los años. Mientras crecía, era obvio que un adolescente ya no tendría miedo a los monstruos debajo de la cama o el que se ocultaba detrás de las puertas del armario. Conforme crecía, los miedos crecían con él. Conforme cambiaba, los monstruos adquirían nuevos rostros y formas.

De niño correría por un pasillo interminable, buscando desesperadamente a su madre en gritos, pero sin obtener respuesta.

"¡Mamá!" la oscuridad le pisaba los talones, y entre más veces giraba a verificar que tanta ventaja tenía, más parecía disminuir. El pánico lo corroía. "¡MAMÁ! ¡MAMÁ!"

Al final sería alcanzado por esta, y despertaría hecho una bola de llantos, gritos y lágrimas. Su padre entraría apresuradamente a la habitación creyendo que su hijo corría peligro... pero, en realidad no habría nada en la habitación.

Solo Xiao Zhan sufriendo un ataque de nervios por la horrorosa pesadilla.

Los monstruos cambiaron. Dejaron de ser sombras y figuras inconexas, para transformarse en aterradores entes de casi 2 metros de altura con largas extremidades que arrastraban por el suelo. Esos ojos blancuzcos y hundidos lo buscarían incansablemente entre los pasillos de la mansión de su sueño... y en ocasiones lo encontrarían.

Xiao Zhan despertaría nuevamente en llanto, pero ya no a gritos. Comenzó a reprimirlos cuando se dio cuenta que su padre despertaba con cada vez más ojeras debajo de sus ojos.

Cuando se dio cuenta de la expresión cansada, desesperada y angustiosa de su mirada. Cuando se dio cuenta que se sentía realmente imposibilitado por no poder detener las pesadillas de su propio hijo.

La próxima vez que soñó algo realmente aterrador... fue diferente.

Los ojos negros llenos de pánico se abrieron en la oscuridad de su habitación. El cuerpo le temblaba de pies a cabeza, pero, hizo lo posible por no hacer ruido. Inmediatamente cubrió su boca con sus manos y reprimió los sollozos... pero no las lágrimas.

"Solo fue un mal sueño" se trataría de tranquilizar así mismo. "solo fue un muy mal sueño... estás a salvo. Estás bien. Estas en casa...", comenzaría a hipar.

Silenciosos hilos salados corrían por las comisuras de sus ojos, sintiéndose realmente aterrado mientras la vista se le empañaba y el corazón latía con fuerza por debajo de sus huesos...

Luego, cuando el cansancio lo venciera de nuevo, finalmente se quedaría dormido. Y el proceso se repetiría durante los años venideros, incluso... en la actualidad.

Después de aquella reconfortante cena, su relación comenzó a sentirse menos tensa. Eventualmente, Xiao Zhan comenzó a entender el significado de lo que era realmente no tratar de escapar de nuevo. Entonces, Yibo dejó de preocuparse por eso. Ahora, su trabajo parecía demasiado mundano para ser verdad.

Y le gustaba.

–¿Hoy de qué es tu clase?

Xiao Zhan hizo de la biblioteca, su salón personal.
Los cables del portátil estaban perfectamente acomodados y engrapados por debajo de la mesa que utilizaba. Los libros estarían descuidadamente acomodados detrás de la misma y, alrededor tendría notitas, lapiceros, cuadernos y demás materiales regados por doquier.

Guardián SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora