-Debió ser muy duro ¿no? He leido y escuchado sobre la relación entre tu hermana y tu...-dijo Hylla.
-Si, lo es, pero merecerá la pena.-respondí.
-Ya...-ella se levantó y se dirigió hacia mi, se quedó de pie frente a mi y se giró para mirar a Thalia.-¿Qué vais ha hacer ahora? La batalla se va a concentrar en Atenas así que ella no puede volver allí.
-Se va a ir lejos.-contestó Thalia y yo abrí los ojos de par en par.
-Es lo mejor.-añadió Hylla.
-¿Qué?-pregunté rapidamente y caminé hacia Thalia, ella se levantó y me encaró.
-No vas a volver a ponerte en peligro, y menos directamente con Annabeth cerca. Mi misión es protegeros, a las dos, y si para ello debo dejarte inconsciente y sedada de nuevo lo haré.-su voz se mantuvo firme y sus ojos electricos taladraban los mios, en realidad tenía razón, yo me estaba poniendo en peligro, pero no podía concivir la idea de que mis amigos y mis hermanas se jugaran la vida mientras yo no hacía nada y solo los veia luchar desde la conexión.
-Sabes que no puedo aguantar eso Thalia. ¡Es superior a mi!-le grité y mis ojos se llenaron de lagrimas.
-Y tu sabes que yo llevo la razón. Y te aseguro que haré todo lo que esté en mi mano para protegerla y para mantenerte al tanto. Lo juro sobre el rio estigio.-la miré a sus ojos azul electrico directamente y fruncí los labios. Volví la cabeza al suelo y tras realizar lo que deseaba miré de nuevo a Thalia.
-Lo siento Thalia.-susurré y pulsé el último botón del reloj.
-¡No Ana!-gritó Thalia pero yo ya me desvanecía en la oscuridad para poco a poco aparecer justo donde quería, hacía frio, incluso para mi. Me había trasportado a lo mas inospito de Siveria.
-¡AH!-grité hasta quedarme sin voz, tomé mi rostro entre mis manos y caí al suelo rendida.-¡Sea quién sea el que creo esta puta profecía espero que estés contento!-grité y miré al cielo, era de día y el sol me deslumbrava.-Has hecho que por primera vez en mi vida me rinda, no puedo soportar esto mas...-me tiré hacia atrás golpeando suavemente con la fria nieve, suspiré y cerré los ojos.
"-Ey- Percy entraba en una especie de camarote, en el cual estaba... ¿yo?-¿Estás bien?-me preguntó.
-Si, eso creo.-no, no era yo, era Annabeth, yo veia a través de sus ojos, esto era la conexión.
-¿Qué pasa?-Percy se sentó a su lado, Annabeth agachó la cabeza y miró lo que tenía entre las manos, una foto nuestra. Fue de las últimas que nos tomamos en el campamento mestizo, ella miraba a la camara sonriente y yo la miraba a ella con una sonrisa.
-A veces intento pensar que haría ella si estuviera aquí, cómo actuaría, qué pensaría, qué diría, pero solo me salen lagrimas cuando pienso en ella. Cuando estabamos en el río Aqueronte esas voces me hablaron, y me dijeron algo muy cierto, que yo la había matado.-Ella tenía los ojos llenos de lagrimas y sentía angustia, nostalgia y dolor, yo podía sentirlo también. Percy agarró sus manos, apartó la foto de ella, tomó su barbilla con una mano e hizo que mi hermana (y a la vez yo) lo miraramos.
-Sabes que si te escuchara decir eso te daría de tortas.-habló el hijo de Poseidon.
-Lo se.-dijo ella y una pequeña sonrisa se le escapó.-La extraño tanto Percy...-se echó sobre los brazos de él y lo abrazó.
-Ella seguró que esta maldiciendo no poder estár aquí para luchar, seguro que está ayudandonos desde el Eliséo.
-Al menos donde está no puede pasarle nada, todo lo que me importaba es que pasara lo que pasara estuviera a salvo." Abrí los ojos y me encontré a Thalia de frente, sus dientes castañeaban y estaba palida.
-El otro reloj, tan solo tenía que seguirte.-dijo pausadamente y se sentó a mi lado.
-Esta bien Thalia, me quedaré aquí, hasta que la guerra acabe, después volvere a Atenas.-ella asintió y una lagrima calló por mi mejilla. "Solo por que tu lo quieres hermana, pronto volveremos a vernos."Aquí lo teneís, de nuevo lo siento por mi desaparición, nos leemos amoreeees