Genio

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Cuando Furihata lo conoció no quería nada de la vida, estaba harto, cansado. Las lágrimas no habían dejado de fluir copiosamente por sus ojos.

La persona que amó una vez, había sufrido un grave accidente automovilístico y falleció poco después de una manera dolorosa y tortuosa

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La persona que amó una vez, había sufrido un grave accidente automovilístico y falleció poco después de una manera dolorosa y tortuosa.

¿Por qué las cosas debían ser de esa manera? ¿Por qué las estrellas se lo llevaban a quien amaba y no a él? ¿Por qué el destino podía ser tan cruel?

Caminó buscando un lugar donde morir sin que nadie lo notara, lamentablemente no podía ir al bosque de los suicidios porque estaba lejos de donde vivía. Quería morir si, pero no tenia ni siquiera dinero para ir a morir con la demás gente común.

Aunque sinceramente le daría mucho miedo ir a un lugar así.

Les temía a las cosas paranormales, era un maldito cobarde y se odiaba por eso mismo.

Se introdujo en un bosque que había por allí después de caminar mucho y estar prácticamente exhausto, no recordaba haber visto jamás ese lugar, pero era hermoso, sobre todo ahora que estaba anocheciendo. A pesar de que estaba en un lugar que no se veía luz eléctrica, parecía que el cielo estaba sumamente luminoso en ese lugar.

Las estrellas, siempre le parecieron tan hermosas. En cambio, el mismo no era más que una piedra sin brillo comparado con ellas.

Vio una especie de lugar que parecía alto y adecuado para tirarse sin que nadie lo notara. Su expresión se iba maravillando cuando subía hacia ese acantilado pues le daba la impresión de que las estrellas brillaban más que nunca.

Era el lugar más hermoso para morir.

Tropezó distraído por aquella hermosa visión del cielo con algo como una botella, muy bonita. ¿Qué haría un objeto así en el suelo?

Parecía que tenia algo dentro, la destapó (Algo un poco imprudente pues podría contener algo malo) Y un humo empezó a rodear el lugar. Se cubrió la cara, pero unas manos le destaparon estas de la cara.

Se supone que estaba solo. Al ver que había una persona frente a el se sobresaltó, más aún al ver sus ojos brillantes y penetrantes...

La persona frente a él se rio de manera ligera, acariciando el mentón de Furihata de manera algo coqueta o eso creyó este.

―Gracias por liberarme de mi prisión amo, mi nombre es Akashi, te concederé lo que quieras, pero debes tener cuidado con lo que pides. Si no sabes pedirlo bien puedes llevarte una decepción.

Furihata miraba anonadado a aquel joven que parecía tan atractivo y de su misma edad, sin embargo, sus ropas eran como las que uno reconocía como las de un genio o djinn como realmente seria su nombre.

Parece que el djinn capto sus pensamientos pues asintió pegándose innecesariamente a él, acariciando su pecho.

―Soy un djinn amo Kōki, puedo complacerlo como usted guste. ―Le guiño el ojo, aunque Furihata estaba asustado. Ese ser parecía peligroso, algo en él era demasiado intenso, si tenia el poder para concederle deseos también podría matarle.

El djinn sonrió un poco con malicia percibiendo los pensamientos de Furihata, haciendo que retrocediera asustado al ver ese gesto, definitivamente no confiaba para nada en aquel ser.

―Vamos, pide luego tus tres deseos. Estoy obligado por Salomón a seguir con esto hasta que... bueno. Eso no te importa, tu solo pide lo que quieras. Aunque te recomiendo que no pidas traer de vuelta a los muertos, pues estos vuelven tal y como están en la tumba a menos que tengas algún tipo de fantasía sexual con cuerpos en descomposición.

Se rio esta vez de manera burlona. Furihata lo miro serio.

―No quiero nada.

― ¿Seguro que no? Tenias hacia poco una cara de cachorro abandonado. ―Volvió a acariciar el rostro ajeno, pero Furihata le apartó la mano. ― ¿Quieres un poco de sexo, oro, poder? Todo el mundo quiere eso.

―Yo no, no quiero nada.

―Vamos, hay algo en ese corazón que anhelas. Lo sé. Pide cualquier deseo.

Furihata se abrazó las piernas y suspiro con tristeza.

―Si pido que seas libre por completo ¿Me dejaras en paz?

Akashi el djinn quedo algo sorprendido por lo dicho por Furihata. Era algo completamente sincero lo cual era suficiente para ser libre.

―Ciertamente así es, siempre que sea un deseo sincero de mi amo de turno. Solo déjame preguntarte algo ¿Por qué no quieres nada?

―No tengo nada por lo cual estar vivo. Por favor sinceramente deseo que seas libre y que me dejes tranquilo.

Dicho esto, el djinn desapareció completamente como si hubiese sido una ilusión.

Aunque era lo que Furihata quería, ciertamente ahora se sentía muy solo, aunque sabe que permanentemente lo está, pero...

Negó, tenia que seguir caminando hasta el lugar donde se lanzaría, donde al llegar a lo más alto sintió miedo, pero no retrocedería ¿Oh sí? Su cuerpo temblaba por completo. No se atrevía, no debería, quería, pero al mismo tiempo descubrió que no deseaba morir en verdad.

Sin embargo resbalo y cayó.

Pero no sintió nada ¿Había muerto? Abrió los ojos descubriendo que estaba en los brazos del djinn quien lo sostenía firme.

― ¿No te dije que te fueras? ―Aunque de algún modo se aferraba a este, agradecido de haber aparecido y haberlo salvado. Aunque de algún modo seguía temiéndole.

―Si, pero ¿Crees que los djinn libres le hacen caso a un simple humano? ―Sonrió con malicia y deposito a Furihata en un lugar blandito― No tengo problema con irme. Bueno si, no quiero que te mates.

Se coloca encima de este. Kōki traga saliva al tener a ese djinn tan cerca de él, le daba la impresión de que lo quería comer.

―Yo, en verdad no tengo motivación para querer seguir con vida, pero creo que descubrí que soy demasiado cobarde para morir. No tengo lugar en ningún lado.

―Lo puedes tener ahora conmigo. ―Antes de preguntar es besado de una manera que nunca imaginó.

Aunque el beso es casi mágico. Kōki mira un poco preocupado a los ojos ajenos al separarse.

―No juegue con mis sentimientos. Si quiere usarme Akashi-san, úseme, pero no me ilusione.

―No lo haré. Quiero que seas mío Furihata Kōki, por eso llame tu atención con un bosque que pareciera mágico, con estar cerca de donde te lanzarías. Todo fue a propósito, aunque no creí realmente que me liberarías.

Kōki estaba sorprendido, debería sentir culpa por haber besado a otra persona que no era la que había amado antes, pero al mismo tiempo siempre pensó que quería que alguien impidiera que hiciera una locura y la tenía justo frente a sus ojos.

―Me quedaré con Akashi-san hasta que se aburra de mí.

―Entonces te quedaras conmigo por la eternidad mi dulce estrella. Y voy a hacer que me ames y te sientas más amado que nadie. Tanto así que ya no te consideraras una piedra sin brillo, sino la estrella más brillante de todo el universo.

Furihata se aferró al djinn, tal vez esto era solo una ilusión de su propia mente, tal vez había enloquecido, o tal vez si era real todo, lo único que sabia es solo una cosa:

Tenia su lugar en el universo.







31 días de AkaFuri 2020/2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora