Capítulo 0

591 43 86
                                    

Un zorro de dos colas bastante alto caminaba por su casa, bebiendo café de su taza, era bastante grande y se veía costosa dadas las comodidades qué tenía y el espacio. Se sentó en su sofá de piel blanca y coloco su café en la mesa del centro, suspiró buscando el control de su pantalla, aunque se resignó.

—Viernes, enciende la televisión en el canal cuatro. — habló tomando su taza para darle un sorbo a su café.

—A la orden señor Zails. — diría una voz que parecía femenina.

La acción dicha por el zorro fue realizada, las noticias era algo que el zorro debía ver como actual comandante de la Cop Zone. Miró su reloj, aún había tiempo para prepararse un pan tostado o algo más que no implicara demasiado tiempo de preparación.

—Señor Zails, el señor Raccon ha dejado dos mensajes de voz. ¿Gusta escucharlos? — preguntó la voz saliendo esta vez de un robot que llegaba a un lado del zorro.

—Tsk, ese patán... — diría soltando un suspiro y parándose. —Dirigelos a mi móvil, los escucharé en el trabajo.

El joven zorro se levantó y se dirigió a su habitación para cambiarse. Pasado un rato, el comandante salió de casa conduciendo un automóvil que el mismo patentó, aunque no ha querido distribuirlo. Condujo bastante tranquilo hasta que casi arrollaba aún joven zorro que corría por la calle, suerte que el detector de proximidad lo detuvo.

El zorrito se asustó bastante, aunque al ver el carro deteniéndose suspiró.

—Hey niño, ten cuidado. — diría el mayor por la ventanilla del carro.

—Discúlpeme, pero debo ir a casa. — diría haciendo una reverencia y llendose de igual de rápido.

¿Qué les parece si vamos con el zorrito?, él corría por las calles hasta llegar al parque donde decidió cortar camino, ahí el sonido de los pájaros le calmaban mientras se acercaba a las flores que aún esperaban florecer por la llegada de la primavera. Un observador de la zona tomaba nota de las flores, era botánico por lo visto ya que las dibujaba y colocaba notas junto a estos dibujos.

El zorrito de dos colas y ojos celestes se acercó para tratar de oler un poco las flores, tomó una y siendo delicado la acercó a él para olerla. El menor sonrió por el aroma tan dulce que la planta emitía, de apoco esta comenzó a florecer frente al zorrito para la sorpresa del botánico, no obstante, nuestro joven zorro volvió a correr para llegar a su destino.

Llegó a un barrio algo conflictivo, entrando a una casa algo modesta. Corrió directamente a su habitación y cerró la puerta, de debajo de la cama sacó una caja de zapatos donde metió dinero que sacó de sus colas.

—Fue un buen turno en la tienda, si sigo así podre pagar mi escuela antes de la fecha limite. — diría contento.

Sin previo aviso la puerta de su habitación se abrió, el zorro cerró la caja de zapatos y la escondió debajo de la cama de manera rápida. Su cuerpo temblaba y sus orejas se habían bajado.

—Ahí estas, ¿que haces ahí? — preguntó su padre algo molesto.

—Yo, solo me caí. — respondió nervioso el zorrito.

El padre levantó la ceja y caminó lentamente al menor.

—¿Qué escondes bajo la cama? — preguntó sin detener su andar.

—N-nada papá... — habló aún más nervioso y haciendo evidente el temblar de su cuerpo.

El mayo agarró al zorro de dos colas del brazo y lo aventó lejos de la cama haciendo que se pegue duramente en el piso. El padre del zorrito sacó la caja de zapatos y vio su contenido riendo.

Aún después de todo, sigo amándote. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora