Prólogo

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Sangre

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Sangre. Había mucha sangre. Sus manos temblorosas se encontraban teñidas de aquel característico color carmesí, y sus mejillas estaban bañadas en lágrimas. Tomó la mano magullada de su preciado padre, el único miembro de su familia que aún quedaba con vida, y lo miró a sus ojos verdes, tratando de mantenerlo despierto unos cuantos minutos más. Los sollozos de la joven eran lo único que se escuchaba en aquel bosque escondido entre las tinieblas.

—Vete, Kanae— ordenó el hombre por lo bajo—. Tienes que... huir— tosió algo de sangre—. Él puede volver— la mujer comenzó a negar con frenesí. Ella no podía abandonar a su familia.

—No puedo— sollozó y apretó con más fuerza la mano de su padre—, no puedo dejarlos aquí.

El hombre se preparó para decir sus últimas palabras—. Por favor— rogó—, déjanos ir y sálvate tú— una lágrima salió por su ojo derecho, el único que aún conservaba, y observó a su adorada hija una última vez, tratando de grabar su imagen por siempre.

Sintió que su mundo se derrumbaba en el momento en el que su padre dejó de respirar y se convirtió en un cuerpo inerte, o al menos, lo que quedaba de él. Soltó un alarido de dolor que resonó en todo el lugar cuando se percató de que había perdido a su familia de la manera más atroz posible, no podía dejar de culparse por no haber hecho nada para tratar de salvarlos y, en cambio, haber permitido que aquel desgraciado le arrebatara a su familia frente a sus ojos. Sus músculos se tensaron, y su corazón comenzó a latir con rapidez cuando escuchó una rama crujir detrás de ella. Quiso ponerse de pie y huir en ese momento, pero se encontraba inmovilizada, aún sosteniendo la mano de su ahora difunto padre. El dolor y la aflicción que sentía por haber perdido a su familia, era 1 millón de veces más grande que el miedo a perder su vida a manos de aquel despreciable ser. No le importaba morir, después de todo, si moría, su sufrimiento acabaría.

—¿Quién tuvo el atrevimiento de irrumpir en mi territorio para manchar mis tierras con la sucia sangre humana?— la voz que se escuchó a sus espaldas, logró estremecer a la pelirroja.

—Parece ser que la causante del gran escándalo es esta mujer— una segunda voz se unió, pero ella no se inmutó.

Soltó la mano de su padre, y con lentitud se puso de pie para poder mirar a quienes fuera que estuvieran detrás de ella. Movió su anatomía lentamente, y cuando por fin estuvo de frente, los vio por primera vez. Un hombre de estatura promedio de cabellos rubios, junto a un hombre alto de largo cabello azabache la observaban desde su posición.

—Qué mujer tan peculiar— comentó el mayor, acercándose lentamente a ella. Sus ojos se tornaron de color carmesí, igual al del cabello de la ojiazul, y en su blanquecino rostro apareció una siniestra sonrisa, dejando a la vista aquellos afilados colmillos que tenía—. Duerme— pronunció, y tras haber observado esos ojos hipnotizantes por un instante, se sumió en una profunda oscuridad.

El cuerpo de la joven cayó hacia adelante, y el azabache se encargó de atraparlo entre sus brazos antes de que este pudiera tocar el suelo—. Vamos, Chifuyu... el sol está por salir— cargó a la mujer como si de una princesa se tratase.

—Voy detrás de ti, Baji-san— y entonces, caminaron juntos de regreso a aquellas ruinas en donde se escondían desde hacía mucho tiempo atrás.

Holaaa¡!

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Holaaa¡!

Bienvenida a mi historia de Keisuke, gracias por haberte pasado por aquí, espero que la historia sea de tu agrado y logre hacerte aún más simp de este hombre <3

Si el prólogo te ha gustado, no dudes en dejar tu estrellita <3

Espero estés bien, y puedas disfrutar de tu lectura ❤️

—All the love

Escarlata『 Baji Keisuke 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora