Los tres mosqueteros.
Dos días después...
Verónica.Me encuentro acostada en la camioneta en la parte trasera viendo la noche, el cielo esta desolado, no hay estrellas, hoy no hay luna. Miro mi lado izquierdo y no está Steven, las lagrimas no han parado estos últimos días ya que la culpa no me deja tener estabilidad. Acompañada de un rollo de marihuana, intento relajar mi mente y mi alma por todo lo que ha pasado estos últimos meses. Dentro de dos días comienzo nuevamente la Universidad y no se si ahora este preparada para ir.
Los contactos de Steven, pudieron rescatar a Roberto y a Rebecca, ella ahora está hospitalizada porque le dispararon en el abdomen por suerte la bala no dañó ni un órgano. Roberto, al igual que yo y todos estamos intentando de procesar aquello que me cuesta tanto decir porque aún no lo acepto.
Aún no he llegado a casa, eso quiere decir que aún mis padres no saben nada de Brenda necesito primero relajarme y luego aparecer. Llame a mi madre y le dije que todo está bien, nunca se enteraron de mi secuestro y es mejor así. Brenda me a apoyado en todo desde que salimos de ese lugar, poco a poco se ha adaptado a lo que soy. Ahora anda en el hospital acompañando a Rebecca en su recuperación.
—¿Quieres?—le ofrezco de lo que fumo a Lili.
Ella también ha sido un gran pilar para "intentar" superar todo esto, a estado allí sin quejas, sin criticas, siendo una buena amiga o amante. La verdad aún no se que somos pero me hace bien su compañía, sabe darme ánimos cuando más lo necesito y siempre tiene las palabras correctas para calmar mis momentos de ira y de depresión.
Madura, hermosa, sensual, millonaria. ¿Qué más podría pedir? Quizás, en un futuro lleguemos a formar una relación.
Ella asiente y se los lleva a los labios.
— ¿Por qué no me habías dicho nada?— pregunto viendo su hermoso perfil.
Teníamos una conversación pendiente, pues habían cosas que aún no sabía de ella y la sorpresa que me lleve al enterarme que era hija de Roberto fue tanta que no podía procesar la información.
Ella me miró, sus ojos marrones tan profundos que hacía que su mirada se viera tan intensa- No sabía que mi padre era socio de Hassan,- soltó el humo -pues Hassan, siempre nos mantenía lejos de sus negocios y pues mi padre nunca llego a entrar al club. No que yo supiera.
Volví a mirar al cielo.
— ¿Como Roberto nunca se enteró de tu secuestro?
—Aquella noche que estuvimos juntas, me preguntaste si me gustaban las mujeres pero me mandaste a callar— bufa—Conocí a una chica en la universidad era muy extrovertida y siempre me hacía reír con sus ocurrencias, yo sabía que ella era lesbiana pero a mi eso no me importo pues no soy de las que descrimina. Al pasar el tiempo las conversaciones por mensajes y llamadas se hicieron más extensas, las salidas más frecuentes, las visitas más seguidas, y pues yo comenze a sentir algo más profundo que yo relacionaba como cariño de hermana pero— ríe— no era nada a ese cariño, era atracción a ella, a lo libre que yo era con ella, a lo cómoda que yo me sentía con ella. Luego de un año aproximadamente, me confesó que le gustaba y pues allí comenzó todo, formalizamos una relación. Paso una semana, y le comenté a mi padre de ella pero su reacción fue muy diferente a lo que yo me imaginaba. Salimos en discusion y me hizo elegir entre ella y yo, y yo por andar enamorada la elegí a ella. Roberto, me voto de casa sin un dolar en el bolsillo. Esa noche me fui a casa de ella y me quedé allí, luego planeamos con irnos a Nueva York pues ella tenía familia allá que nos recibirían. Una noche, veníamos de una fiesta a las dos de la mañana y allí comenzó mi pesadilla la cual dure cuatro años salir y todo gracias a ti. Supongo que él intentó buscarme pero como no encontró respuesta quizás pensó que ya no quería saber nada de él.
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Latidos infernales [Completa]
RandomVerónica Rausell, una chica de 22 años que busca la manera de saciar su rabia y toda las desgracias que a su vida le ha pasado matando gente. Sus demonios despertaron desde que su mejor amiga se fue, era su única fuente de fe y ahora que ella y ni s...