THE FACE OF LIES/ KOOKV

CHAPTER 1

ETIQUETAS

Buenas o malas, las etiquetas dejan en claro cómo hay que comportarse, vestirse o presentarse ante otros. Cierto o no, suelen calificarnos con un valor dentro de un sistema verticalista, superficial  y en donde todos pueden hacer de jueces o verdugos. Las etiquetas califican al producto, y las personas suelen ser ese producto; una obra de arte de las miradas juzgadoras, de las normas y reglas que definen nuestro comportamiento.

Kim Taehyung estaba lleno de etiquetas. Cada una representaba a la vida que todo joven de su status social poseía, pero a diferencia del resto, él se siempre se destacaba. 

Su primera etiqueta

Heredada al nacer por su preciosa progenitora, la primera etiqueta del joven Kim se definió por su aspecto físico. Con su piel tigreña, nadie podría imaginarse que aquel hermoso bebé tendría el cabello y los ojos grises, eran, según los rumores,  como un espectáculo platinado peleando entre las sombras y las luces. Sus ojos lo declaraban inocente, pero su dura mirada lo delataba, él parecía un ángel cargado de sutileza y elegancia, pero también, un demonio cargado de malicia y arrogancia. La mayoria solía llamarlo: El joven de los rizos plateados.

La segunda etiqueta 

La determinó su condición económica,  y es que a la corta edad de 20 años ya se había creado su propio imperio. Codeándose con las personas más influyentes de Corea del Sur y el Extranjero, era un joven de dinero, mucho dinero y sobre todo poder. ¿Cómo lo había conseguido? Siendo particular, tan particular que de ser un simple modelo pasó a ser un aspirante a magnate. y he aquí su segunda etiqueta; El Diamante en bruto.  

Su tercera etiqueta

 Y la mas agotadora de todas, estaba condicionada por su familia. Ser el heredero del linaje Kim no era fácil, y es que el peso de su apellido en una sociedad cargada de diferencias sociales, privilegios e injusticias era una etiqueta perfecta para diferenciarlo de los plebeyos. Y no ganó nada bueno de ello. Su familia tenía dinero y poder, pero tambien tenía responsabilidades y muchas de ellas lo involucraban, quizás por eso decidió mudarse al cumplir los dieciocho. La vida va mucho más allá del dinero y él lo sabía, su corazón roto y lleno de parches eran testigos de ello, pues justamente eso lo había convertido en un joven pretensioso y creído, en esa perfecta mascara que lo cubría de aquellos que solo miran las caretas y su bolsillo. Pero, a pesar de haberse alejado de su familia, una de las etiquetas mas usadas para definir a Kim Taehyung era la del; El heredero de la familia Kim. 

Buenas o malas....

Mas que buenas, las etiquetas del joven de rizos plateados no hicieron mas que traerle problemas. Si, lo posicionaban en un lugar privilegiado, pero también lo exponían. Tanto, hasta dejarlo vulnerable y eso era malo en todos los sentidos. Por ello, a Taehyung le convenía esconder sus debilidades, ser fuerte y odiado para no ser destruido, ser astuto y utilizar todas sus armas para sobrevivir en un mundo cargado de interesados, de hipócritas que solo lo buscaban por su status. Si quedaba arriba entonces no le quedaba de otra que sobrevivir allí, por eso, decidió ser el más hermoso de todos, ser el popular, tener muchos amigos que lo respaldaran, utilizar sus influencias para asegurar su poderío, decidió colocarse arriba, tan alto que nadie podría tan siquiera tocarlo. Se convirtió en un diamante invaluable, todo de él gritaba calidad y nadie podía pretender poseerlo.

Jugar a ser bueno solo le trajo dolor y muchas noches de insomnio. Para el fue simple; si nadie quería al joven bueno que solo buscaba amor y una vida tranquila, pues conocerían al monstruo, se toparían con lo peor de él. Porque a pesar de sus etiquetas, el peligris solo quería amor, amigos y relaciones sanas, quería ser normal, lastima que el monstruo de las sombras utilizó esa inocencia para convertirlo en su peor versión, en esa parte oscura que resplandecía en su cabello platinado y en su descifrable mirada.