Con el corazón roto caminó hasta el parque más cercano, su respiración agitada dejaba en claro que había corrido cuadras, esquivando a quien se le cruzara para llegar hasta ahí.
Él no entendía que había hecho mal, nada tenía sentido. Sus manos se sentían entumecidas como su rostro, su visión poco a poco se tornó borrosa por aquellas absurdas lágrimas que se habían acumulado en aquellos ojos que algún día habían brillado con pasión y anhelo por haber encontrado a la persona correcta.
Cansado se dejó caer sobre una vieja banca de madera, la pintura degastada evidenciaba que llevaba años ahí, siendo testigo de situaciones similares.
Su vista recorrió el lugar como si buscara algo que le impidiera ahogarse en su dolor, pero lo único que vio fue un cielo gris, vacío como su corazón y hojas tan secas que la esperanza de encontrar alguna tonalidad verde en ellas, era inexistente.
Un tembloroso suspiro hizo abandono de sus labios y sin más, se inclinó hacia adelante cubriendo su rostro con sus delgadas y frías manos. Recuerdos inundaron su cabeza, como si esta misma quisiera hacerle sentir bien al recordarle que al menos tenían aquello, pero ahora era cuestión de tiempo para que se fueran por culpa de la frágil memoria humana.
¿Qué iba a hacer?
Ya no despertaría en las mañanas con las fragancias del perfume que solía usar aquella mujer que espantaba el silencio con risas, ya no sentiría el cálido roce de sus dedos entrelazados, ya no llegaría a sentarse en aquel sofá donde solía besarla con tanto amor y acariciar su cabello hasta verla cerrar sus ojos y saber que el sueño le había vencido.El silencio había vuelto, se sentó a su lado y lo abrazó, dejándole claro que ahora no habría quien los separara.
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Cortos Blue.
AléatoirePequeños relatos extraídos de la cuestionable imaginación de mis ser.