Atrapada a tu lado [Todoroki x T/N]

Capítulo 15 - Entre manchas de sangre...

VOTA, POR FAVOR!

°°°

Un grito proveniente desde lo profundo de la garganta de la chica salió al darse cuenta del corte sin cuidado que había sido hecho por la rubia. El dolor le penetraba hasta cada rincón de su cuerpo, no le permitía tener un pensamiento razonable sobre qué era lo que podía hacer en ese momento; arrastrarse hasta la enfermería parecía una de las mejores opciones, pero sabía que caería desmayada a mitad del camino, lo cual podría más riesgoso que permanecer en esa habitación; podía simplemente gritar y esperar la aparición de un alma bondadosa que le llevara a un mejor lugar, pero también sabía que eso era más que imposible, ya que nadie nunca pasaba por esos pasillos tan olvidados y alejados del resto de los alumnos. 

Debía de actuar rápido, no podía esperar a que alguien llegara a salvarla. Ella debía ser su propia heroína. La fuerza que "Diosa" le había dado, ya había desaparecido por completo, así que la opción de arrastrarse y llegar en cuestión de un par de minutos a algún lugar donde le pudieran ayudar se descartó completamente. 

Su garganta ardía por todos los gritos de ayuda que había hecho, y aun así, nadie atendió a su llamada. No tenía más opción que intentar ponerse de pie, así que lo hizo. Con cuidado y la ropa empapada de sangre, se arrastró hasta la puerta; se enganchó con sus manos a la manilla de la puerta y con fuerza comenzó a levantarse. Sus brazos se habían debilitado, por lo que necesitó un poco más de tiempo por el estado en el que estaba, lo que significa que el hecho de levantarse fue una completa tortura. 

Había salido del salón, pero ya había perdido mucha sangre y tiempo, sabía que cada minuto era más que valioso para salvar su vida. Sabía que, si moría en ese mundo lleno de la gente que amaba y apreciaba, probablemente regresaría a  su realidad sombría y oscura llena de morbo. Quería permanecer más tiempo en ese lugar, le encantaba la gente que le rodeaba y apreciaba cada uno de los momentos que había pasado con ellos. En definitiva, haría hasta lo imposible para salvar su vida.

Se aferraba a la idea de que podía salvarse si no se rendía, mientras se desplazaba con dificultad por los rincones de los pasillos con la vista nublada, los labios tan rotos como una hoja de otoño que había sido pisada por un empresario camino a su trabajo, una de sus manos se apegaba a la pared, y la otra hacía presión en la profunda herida que se encontraba en su pierna. 

Era caprichosa. No había pensado en las millones de consecuencias de estar en un mundo donde más de la mitad de la población tenía poderes inigualables, y villanos en busca de sangre, miedo y el dolor de gente inocente acechaban las calles día y noche sin descanso. 

No pasaron ni siquiera cinco minutos desde que había comenzado a arrastrarse hasta un lugar más seguro cuando notó que su esfuerzo sería en vano. No llegaría ni siquiera a las escaleras que llevaban al piso de abajo, y aunque así fuera: ¿Cómo las bajaría? ¿Qué le aseguraba que podría bajar sin caer o herirse aún más?. 

Cayó rendida al piso, con las manos manchadas y sus prendas hechas harapos, con una herida que poco a poco le dejaría sin sangre hasta morir por la escasez de ella. La vista nublada comenzaba a aparecer, mientras pensaba en lo mucho que le habría gustado continuar una vida en ese lugar tan maravilloso y peligroso a la vez.

Sus ojos comenzaban a cerrarse. El dolor le había desmayado. Las lágrimas habían cesado, y ella se encontraba derrumbada y esparcida por todo el pasillo mientras se desangraba.