3: ¿quién es?

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NARRA JULIA:

-No debo contártelo, lo siento Julia, nos vemos mañana en la Universidad. - Respondió Aida mientras abría la puerta del baño.

La cogí del brazo antes de que se fuera.

-Se ha ido casi llorando, deberías hablar con ella. - Dije.

-¿Desde cuando te importa Melo? Hace un minuto la odiabas. - Contestó Aida soltándose.

-Y la odio, no la soporto pero se ha ido llorando en una fiesta hecha solo para ella, por su cumpleaños.
Habla con ella. - Le dije convenciéndola.

Aida asintió y se marchó.

NARRA MELO:

Vaya asco de todo, entiendo que las intenciones de todos sean buenas pero quiera o no, no estoy para fiestas, aún no.

-¡Melo! - Oí una voz detrás de mí y pasos aumentaban cada vez más en sonido.

Yo no hacía caso, seguía andando hacia mi moto.

Poco después, alguien se puso en frente mía, era Aida.

-Lo siento, perdóname Melo, yo no quería decir eso... - Dijo Aida bastante preocupada.

Le di un beso en la mejilla.

-No importa Aida, me tengo que ir, ahora no estoy para fiestas, muchísimas gracias por la sorpresa de verdad, disfrutadla vosotros. - Dije con una falsa sonrisa.

-Pero es tu cumpleaños Melo, la hemos montado para tí. - Dijo Aida mirando y señalando el local.

-Ahora no Aida, compréndeme, todavía no he logrado asimilarlo todo. - Respondí apoyando mi mano en su hombro.

-Esta fiesta te ayudará. - Intentó convencerme Aida.

-Gracias Aida, nos vemos otro día. - Dije y volví a darle otro beso en la mejilla.

Me fui sin dejar que respondiera, no quería una respuesta, solo quería que lo entendiera.

Me subí a la moto y fui a casa.

Nada mas llegar, dejé las llaves en un cajón de la entrada y fui directa a la habitación para dormirme, y así lo hice.

Al día siguiente me despertaron las miles de notificaciones del móvil.

Todos los mensajes eran en relación con mi cumpleaños. Muchos me felicitaron y otros, preguntaban dónde me había metido ayer por la noche ya que me fui de mi propio cumpleaños sin decir nada.

Pasé de todas aquellas notificaciones y vi que eran las 2:02, así que me vestí.

Fui al cuarto y abrí el armario.
Cogí una camiseta de tirantes negra con un rayo medio anaranjado donde había un tigre.

Cogí unos vaqueros negros y unas Converse negras.

Quería ir a la Universidad para pedirle perdón a Aida por lo que le dije ayer y por cómo la ignoré.

Yo nunca había sido así de estúpida.
Nunca me hubiera atrevido a marcharme de una fiesta preparada especialmente para mí y aún así lo hice.
Nunca me hubiera atrevido a ignorar o enfadarme con una de las personas que mejor me tratan por una estupidez sin mala intención.
Nunca me hubiera atrevido a insultar a alguien desconocido por la calle solo por que se defendiera con hechos lógicos.

No he vuelto a ser la misma desde que Nuria me dejó.

No asimilaba saber que una persona que llevaba mas de un año conmigo pasara a ser una desconocida tan de repente, de la noche a la mañana.

Hasta que te encontré. (Yellow Mellow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora