Te estaré viendo [Sterek] [Completa]

Capítulo 23

Estaba entumecido. No había forma de que pudiera comenzar a comprender por lo que pasó Derek, a comprender la pérdida de un miembro del equipo, el dolor de ser alcanzado por la metralla. Podía visualizar los horrores aún menos. Una carta como esta hacía que los artículos que escribió sobre la guerra parecieran juegos de niños. Esta era la realidad. Por primera vez, entendió por qué Finstock no quería imprimir nada relacionado con la guerra. La gente no necesitaba enfrentarse a estos horrores.

Hubo un golpe en la puerta principal, pero Stiles lo ignoró. Sin embargo, los golpes no se detuvieron. Los sonidos se escuchaban en la cabeza de Stiles a lo lejos hasta que él reaccionó y se levantó hacía la puerta y la abrió. Lydia estaba al otro lado, luciendo impaciente con su sombrero y su vestido perfectamente planchado. Pero en el momento en que vio su rostro, su rostro decayó.

—Oh Dios, ¿qué pasó? —Stiles regresó a su habitación y ella lo siguió. —Es Derek, ¿no?

—Recibí una carta de él —, dijo Stiles, con la voz débil por la emoción.

—Eso es bueno, ¿verdad? —Preguntó Lydia, sentándose remilgadamente en el borde de la cama de Stiles.

—Fue herido. —Le entregó la carta y miró fijamente a la pared mientras ella la leía. Cuando se lo devolvió, las lágrimas se derramaban por el rostro de Lydia, haciendo que su rímel se corriera.

—Así es como va a ser Jackson también, ¿no? —ella preguntó. —Trincheras, fuego de artillería y muerte por todas partes.

—Somos tan tontos, Lydia —, dijo Stiles. —Hemos pasado los últimos seis meses pensando que hemos hecho una diferencia con nuestras unidades de chatarra, goma y campañas para escribir cartas a los militares que no tienen familia. Danny y yo intentamos hacer algo importante con el periódico. Pero nada de eso importa. Lo que hemos hecho es tan jodidamente insignificante que es ridículo. ¿Qué sentido tiene todo?

Lydia mantuvo la cabeza en alto y asomó la barbilla.

—Quizás no estemos en la guerra, pero sé que lo que hemos hecho es importante. Danny y tú habéis informado a la gente de Beacon Hills de lo que está pasando, y la participación en las campañas ha aumentado exponencialmente. ¡Casi todos en la ciudad contribuyen! —Lydia se puso de pie y lo enfrentó, señalando con el dedo enguantado. —Leíste lo que dijo Derek. Él no quiere que estés sentado y deprimido porque se lastimó. Quiere que vivas tu vida. ¿Qué crees que diría si supiera cómo has pasado los últimos meses?

—Lydia...

—No más Lydia—, dijo ella. —Vas a sacar tu trasero de la cama, tomar una ducha, ponerte ropa limpia y venir conmigo al Elks Lodge para que podamos recolectar aceite de cocina, chatarra y todas las otras cosas que la gente tiene para nuestros hombres. Haremos lo que podamos porque eso es todo lo que podemos hacer. —Ella se quedó mirándolo con los brazos cruzados, sin dejar lugar para la discusión.

*

—Hijo, ¿estás bien? —preguntó el sheriff cuando Stiles vino a cenar el domingo. Su selección de comida era limitada debido al racionamiento y la escasez de comida, pero Stiles apenas la probó de todos modos.

—Bien.

El sheriff suspiró. 

—No has sido tú mismo durante meses. ¿No te gusta vivir solo? ¿No te gusta tu nuevo trabajo?— Dejó el plato a un lado y apoyó los codos en la mesa. —Me estoy volviendo loco aquí, Stiles. Háblame.

—Esta guerra realmente apesta —, dijo en su comida. —Tantas muertes, tantas restricciones, es simplemente... es difícil de vivir así.

—Estás preocupado por ser reclutado, ¿no? —dijo el sheriff. Stiles miró a su padre y asintió con la cabeza. No fue una mentira en parte; Stiles estaba aterrorizado. Ya se habían reclutado bastantes chicos de su clase. El día que tuvo que registrarse fue el día más aterrador de su vida. Cada vez que abría el buzón, tenía miedo de encontrar ese sobre esperándolo.