CAPÍTULO 19: Decisiones

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Llego a mi casa y me bajo del auto de Simon de prisa.

Antes de que pueda pisar la acera de mi casa, él se para frente a mí, impidiéndome el paso. Lo observo confundida.

- Gracias – digo con la cabeza abajo – Y de nuevo, lo siento tanto

- Descuida – replica y toma mi mentón obligándome a mirarlo – No es por eso que te detuve. Quiero saber qué piensas hacer.

- ¿De qué hablas? – pregunto fingiendo inocencia. Lo último que quiero es hablarle sobre mis decisiones.

- La residencia – suelta y lo miro sorprendida – Una de las secretarias lo mencionó mientras estaba con su novio y su novio es uno de mis colegas, así que me lo dijo – aclara y relajo mi ceño fruncido.

- Aún no estaba segura de irme – me sincero con él – Pero después de esto, lo mejor para mí es que me aleje. Sé que puede parecer que estoy huyendo y talvez es así, estoy huyendo de Iván y de lo que provocan sus recuerdos, pero también creo que es momento de tomar mis decisiones y responsabilizarme por las consecuencias de éstas. Lo que hicimos... lo que hice es algo muy grave, sobretodo porque mis padres confían demasiado en mí y por eso me dejan salir a cualquier parte y ahora siento que los decepcioné, y vivir en la residencia me dará un poco más de independencia para pensarlo todo bien y no hacer más pendejadas.

- Entiendo. Espero que de verdad puedas solucionar el lío en tu cabeza. Y no creo que tus padres se decepcionen, eres adolescente, apenas tienes 18 años, es normal que cometas errores, incluso alguien de 70 puede cometer locuras, lo importante es que estés aceptando lo que hiciste desde todos los puntos de vista. Estoy orgulloso de ti, y sé que tus padres también lo están.

- No sé cómo agradecerte por todo esto, Simon – lo miro y me duele haberle hecho daño.

- No tienes nada que agradecerme – pone su mano sobre mi hombro y me acerca a él – Yo estoy feliz si tú lo estás. Antes de ser mi novia, eres la mejor amiga de mi hermano, lo que me convierte indirectamente en tu hermano mayor. Me siento en la obligación de protegerte como lo haría con Joshua. Solo quiero pedirte algo – alzo la vista de su pecho a su rostro – Nunca más dejes que tus sentimientos por él bloqueen tus sentimientos por ti.

- No lo haré – sonrío y me alejo de su cuerpo – No de nuevo – aclaro y él sonríe.

- Cuídate – me dice y luego se sube al auto.

Lo veo salir en reversa hasta llegar a la intersección de las calles y curvar hacia su casa.

Entro a mi casa y no me sorprende encontrarla vacía. Técnicamente las vacaciones para mis padres empiezan mañana, 24 de diciembre, así que decido hacer oficial mi alejamiento de Iván.

Me doy una larga ducha, intentando relajarme, y lo logro a medias.

Me visto con un vestido floreado y por debajo unas medias para cubrirme del fuerte frío que hace.

Escribo una nota y la pego en el refrigerado avisando a dónde iré, y salgo de casa.

Camino hacia la universidad, sin ánimos de llegar pronto. De hecho, durante un tramo, empiezo a imaginar que toda la universidad está cerrada por las fiestas o que las secretarias no están, o que el campus se inundó por la lluvia, pero ninguna de mis suposiciones se hacen realidad. Ni las más cuerdas ni las más descabelladas.

Entro al edificio administrativo y me dirijo al departamento de residencias y fraternidades. El guardia en la puerta me pide mi identificación y mi credencial de estudiante. No me molesto en darme prisa, y al guardia tampoco parece importarle, de todas maneras, no hay nadie más esperando detrás de mí.

A paso de tortuga me acerco a la oficina y abro lentamente la puerta.

La mujer detrás del escritorio me recibe con una sonrisa y me invita a sentarme.

Intenta sacar tema de conversación sobre el clima y mis planes para las vacaciones, pero realmente siempre he sido mala para mantener conversaciones con desconocidos, así que respondo vagamente sus preguntas con el tono más amable que tengo.

Por fin, la mujer encuentra los registros de las residencias y comienza a buscar algún lugar libre.

- Hoy es tu día de suerte, linda – dice emocionada mientras saca una hoja – La residencia que se te asignó al principio del semestre sigue disponible. Tu compañera será Luciana Martínez, también estudia tu carrera, ¿la conoces?

- Si – hablo animada. Ha sido lo primero que me ha salido bien en estos días – Es mi amiga

- Pues qué suerte tienes – me extiende el papel para que plasme mi firma de aprobación mientras sigue hablando – Mi madre solía decir que cuando la persona que quiere, te quiere, la buena suerte te persigue. Felicidades.

- ¿Por la residencia o por la razón de mi buena suerte? – pregunto sonriendo

- Por ambas – repite emocionada y se dedica nuevamente a imprimir documentos y hacérmelos firmar – Está todo listo – habla una vez que firmé todos los papeles – Puedes pasarte a tu habitación cuando quieras, pero te aconsejo que lo hagas el 27 o 28 de este mes. En los primeros días del año siempre es complicado porque las clases empiezan y los estudiantes siempre dejan todo para el final – pone los ojos en blanco con diversión – En fin, que tengas unas buenas vacaciones

- Igualmente – respondo tomando la carpeta que me extiende

- Cuídame a ese muchacho – habla sonriente - ¿o muchacha?

- Muchacho – respondo avergonzada por la situación.

- Feliz Navidad

- Feliz Navidad – replico y salgo de la oficina.

La secretaria es una mujer encantadora. Logró sacarme una sonrisa, aunque arruinó todo con el comentario de la buena suerte y todo eso.

De cualquier manera, las cosas se ven menos grises después de esto.

Camino hacia mi casa y me detengo en un local de comida rápida.

La noticia que le voy a dar a mi familia amerita una buena comida, así que pido una pizza mediana para las clones y tres hamburguesas con papas para mis padres y yo.

Llego a mi casa sonrío al ver el auto de mamá estacionado afuera, al igual que el de papá.

Grito en el recibidor que ya llegué y mis hermanas bajan felices a recibirme. Mis padres, por el contrario, bajan extrañados por mi presencia.

- ¿Y eso? – pregunta Jenna, o Jules

- Tengo algo que contarles – hablo con seriedad mirando a mamá.

Ahí vamos.

Siempre volveré a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora