Stitches 𖣐 Tobidei

1.El Significado de la Lluvia

Las gotas le parecieron demasiado grandes, salpicando las puntas de sus dedos de  forma tan helada que provocaba que los contrajera cada vez más hasta que las extremidades se sintieron acalambradas, apretaba sus huesos y comprimía los músculos con tanta fuerza que sentía que las articulaciones le brotarían de la piel . Estaba incómodo por la humedad a su alrededor, molesto por lo que acababa de ocurrir hace tan solo unas malditas horas, ahogando las lagrimas de algo ya perdido.

No tenía los brazos propios que le recordaran el apoyo perdido, la comodidad que un... raro muñeco de madera había sido capaz de darle sin si quiera compartir los mismos ideales, una mentalidad totalmente diferente a lo que consideraban arte, pero aún así y a pesar de ello creía que se había encariñado tanto el uno al otro hasta el punto de verlo más cercano que un maestro, hace a penas unos días había logrado ver su sonrisa burlona ante la figura de arcilla que no había logrado formar, una risa hecha totalmente para discriminar el vago trabajo que había realizado en aquel pasado, pero la única risa que realmente no le molestaba, y ahora, simplemente no estaba, acabado por los estúpidos puños de una mocosa, cosa que se negaba a creer sin remordimiento alguno, lo más seguro a su vista fue que se había dejado hacer, que alguien como el no podría haber muerto de una manera tan "injusta".

Mientras que, el azabache llevaba un par de segundos bajo las sombras de la cueva, un pequeño edificio del que podían salir al exterior, uno que gracias al clima le dejaba ver quien era su compañero. Llevaba tiempo en la lista de espera de Akatsuki, si es que existía una, y ahora que Sasori no estaba un puesto se alzaba para él. Pain le había explicado como funcionaban las cosas, sin traiciones, sin mentiras, le había contado sobre la situación actual, incluso sobre quien era su compañero y lo que estaba atravesando, sabía y era consciente de lo que podía doler, tan solo no estar ahí para si quiera ser capaz de hacer algo al respecto, para al menos mirarle una ultima vez.

Tal vez debía acercarse, no había nadie a su alrededor al final de cuentas, pero tal vez y era por algo, aunque viéndolo, ¿Qué podría hacer? Ni lo conocía, además, careciendo de ambos brazos, los cuales le sorprendía que aun no le unieran de nuevo, sería levemente patético darle un abrazo, y tampoco se sentía con ganas de hacerlo, pero  ignorando aquello, debía cumplir con su falso papel autoimpuesto, porque Tobi era uno, y Obito era otro, por ello reunió su valor y decidió acercarse. 

Pronto el agua mojó sus hombros, porque a diferencia del rubio, el no poseía un sombrero que le cubriera al menos esa parte; ignoró el hecho de que su ropa y bata se mojaría, y se sentó a su lado, aunque no pareciera que el hombre de media cara cubierta se diera cuenta de su presencia.

Y sin hacer a un lado la identidad que había adoptado, habló.

—Yo... lo lamento, Tobi lo siente—soltó en ese tono se voz infantil, aunque en un volumen apacible, suave y hasta en cierto punto delicado, llamando pronto la atención de su contrario, el cual giró su cabeza en dirección a la voz, topándose solo con un hombro, viéndose obligado a alzar la cabeza, dejando que el mayor admirara al menos la mitad de su rostro sin problemas.

Un par de ojos azules, grandes y bien delineados, que para la sorpresa del azabache, en el inferior de estos, un pequeño lago de lagrimas se mantenía sin moverse, sin crecer, como si una pequeña pausa hubiera sido puesta.

—¿Quién mierda eres?—y su sorpresa se volvió aun mayor cuando la voz del más bajo no fue quebrada, fue totalmente demandante, sin el aire emotivo que parecía haber tenido hace tan solo unos instantes

—Soy Tobi, su nuevo compañero Deidara-sempai —y entonces entendió, ¿su compañero hablaba en tercera persona de si mismo? ¿y le decía sempai? Su mente se debatía si realmente la palabra correcta era "estúpido" o "ridículo", sin poder evitar que un pequeño "Danna hubiera dicho que ridículamente estúpido"