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Tuve unos buenos días sin Asta ya que fue a participar en un torneo de Passball* que se celebró en otra cuidad, estaría demás decir que esos días fueron los mejores de todo mi vida, lastima que no pudieron durar para siempre.



— ¡Lilent, ya llegué!— gritó alguien a mis espaldas, del susto casi termino tirando todos mis libros al suelo, lloré lágrimas de sangre en mi corazón. Ansiosa porque no se me acercara frente a muchas personas me dispuse a caminar lo más rápido que mis piernas pudieron y a ignorar la molesta existencia de ese musculoso sin cerebro.



Sin embargo, se me olvidó que apresar de su tamaño corría súper rápido.




Su mano se sintió en mi hombro frenado un poco mi pasó, maldije por dentro mis cortas y poco entrenadas piernas, si no fuera por su debilidad hubiera podido escapar con éxito.

— ¿Adónde vas?— preguntó casualmente al llegar a mi lado, como si no se hubiera dado cuenta jamás de que yo estaba intentando con todas mis fuerzas escapar de él sin disimulo alguno.— Por cierto, caminas rápido, tuve que correr para alcanzarte.




— Jeje... Voy a clase. Puedes soltarme— algo que aprendí en el tiempo con Asta es que es tan idiota y terco que hasta no obtener una respuesta mía seguiría preguntando hasta conseguir lo que el había pedido.



— Genial, vamos juntos.

— No estamos en la misma aula.

— Te acompaño a la tu a la tuya entonces.




— Llegarás tarde a tu clase.


— ¿Acaso no quieres estar conmigo?

— No.

Las palabras salieron solas de mi boca y me dejaron estupefacta, un intenso incómodo silencio se instaló entre Asta y yo haciéndome sentir basura. Después de que Asta se fuera y que yo me centrara en investigar y mejorar mi "posion del amor" estuve pensando mucho en cómo tratar con él, no podía ser tan brusca e indiferente, al final Asta estaba así por mi culpa y tratarlo de una manera tan fea era totalmente injusto para él. Quise golpearme un poco con la pared por ser tan desconsiderada.


— ¿No quiere que esté contigo?— preguntó Asta nueva vez con un toque de tristeza y decepción en su voz, ni siquiera me atreví a mirarle la cara, fijé mi vista en el camino y ahí la mantuve.



"¡Vamos di algo Lilent" me grité internamente al ver que mi silencio se alargaba más de lo necesario, entre en un mini ataque de pánico cuando el agarré de Asta alrededor de mi cuerpo se fue aflojando poco a poco.



— Eh... Yo no quise decir eso... Lo que quería decir era que... Eh... Verás... Yo... Realmente... Sí...— "Reacciona, solo estás diciendo tonterías" me dije cuando caí en cuenta que no pude desarrollar ni una sola oración coherente.— Asta, eh, no me gusta ser el centro de atención.


Dije por fin, la mirada de casi todos los estudiantes estaban puestas sobre nosotros, lo que me incomodaba más que tener el abrazo de Asta presionándome así que esa era una buena excusa y sobre todo no era una mentira.



— ¿Quieres ocultar lo nuestro?— mis ojos viajaron a su rostro con sorpresa... ¿lo qué? A todo esto ¿¡Por qué el pasillo era tan extenso hoy!? Sentía como si nunca se acabaría esta tortura... ¡¿Por qué tenía que ser una persona con tan bajo coeficiente emocional y poco tacto?!



— Número uno, no hay lo nuestro. Número dos, no hagas más ideas locas en tu cabeza, llamas mucho a la atención y es peor cuando estoy junto a ti, eso es todo.— le dije en un tono plano y lo más seria que pude. La mirada de Asta se dirigió a mí pero fue imposible para mí detectar el sentimiento que había detrás de ellos. Cuando llegamos a mi salón creo que pude haberme tirado en el suelo y desechar mis creencias científicas y darle gracias a alguna identidad divina poco fiable.— Me dejas aquí, adiós.




Love potion «Asta»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora