Jo…
Han pasado dos días, pero al fin estoy en Washington, hasta ahora logré llegar sin que nadie me vea, bueno al menos nadie me ha hablado, que eso es lo importante… allí esta… la casa de Brandon… ya quiero verlo, extraño tanto protegerlo… pero… ¿Por qué esta la puerta abierta? Supongo que puedo pasar, pero antes, debo volver a mi aspecto normal, no quiero asustarlo con esta cara… lista. Ahora a ver a mi gran amor…
¡Guau! ¡Delilah está caminando! ¡Qué hermoso! Y allí esta Brandon y Leyla viendo a sus hijos, quizá no sea bueno interrumpir. Estaré aquí un momento, Leyla está llorando de felicidad y Brandon abrazándola, Mmm… supongo que aquí no encajo, aunque por otro lado, son sus hijos, debo entender
- Puedes llorar, no dejarás de verte hermosa – le dice Brandon.
Pero ¿Qué está pasando? Esto ya esta yendo muy lejos… ¡Se están besando! Y yo viendo esta escena ¿De qué me he perdido desde la mañana? ¿Ya viven juntos? …. ¡No!... ¡Guau! Brandon le acaba de preguntar qué era lo que hacía y ella solo le contesto con un “Te amo”, ¡No puedo más! Voy a intervenir.
- Buenas tardes, amo… Leyla – dije yo sonriéndoles y sacándole un susto a los dos.
Ellos se me quedaron viendo en estado de shock.
- Jo… - dijo Brandon con lagrimas - ¡Al fin estas aquí! – pero… ¿Por qué corre para abrazarme?
- ¡No! – lo empujó, me quería besar – ni se le ocurra besarme, acabo de ver como la besaba a ella – le dije con lagrimas.
- Jo, no es lo que crees, yo lo besé – dijo Leyla interviniendo.
Yo negué con la cabeza enfadada. De verdad soy una tonta, ¿Cómo pude hacer todo esto? Me iré al Infierno solo porque quería verlo y así me paga, ¿valió la pena todo lo que he hecho? ¡No! ¡Soy una estúpida! Así son todos los humanos, no tienen corazón, me da asco el solo pensar que tal vez yo era así.
Sin dejarlos que me den explicaciones salí corriendo, pero él me alcanzó y me tomó de la mano con fuerza.
- ¡Acabo de verte! ¡Quieras o no ahora yo soy tu amo, otra vez! – me gritó.
Me quedé impactada, es verdad. Ahora él es mi amo. Allí están dándole de esas hojas mágicas que ahora hicieron el Consejo de Normas del Cielo, dándole completa autoridad sobre mí, por 12 meses.
Leyla se acercó a Brandon y le susurró algo, algo que escuché a la perfección “De verdad, lo lamento, siempre que aparezco arruino tu vida, no volverá a pasar, tranquilo” me dedicó una mirada triste y se fue. Pasaron los minutos y Brandon no dejaba de mirarme. Me acerqué a ver a Esteban, su hijo, lo cagué y estaba jugando con él, mientras Brandon me miraba con lujo de atención. Seguramente esta esperezado a que se me pase el enojo y hablar conmigo.
