Park Sunghoon, había regresado a Seul después de cuatro años, pero no se esperaba algunas cosas, mucho menos encontrar el amor.
Sunoo es un estudiante común quien justo en sus primeros días de clase se mete en un lío lo que lo lleva a la felicidad...
—Vamos niños, suban al auto —. Indicó el castaño a los tres menores, éstos hicieron caso de inmediato. Miró a Sunoo e intentó tranquilizarlo —. Espera un poco más, cálmate, no te alteres, cuenta hasta tres conmigo.
—Jungwon llévame ya. Estoy respirando, 123-123-123 — dijo Sunoo de manera rápida —. Ayúdame a subirme
Lo ayudó a subir al auto en la parte del copiloto, así arrancando el auto y comenzando a manejar lo más rápido posible pero con cuidado de no chocar con algo o alguien.
Ya que tenían la ventaja de que la familia Park vivía cerca del hospital, llegaron pronto. Cuando estuvieron allí, metieron a Sunoo; a éste lo conocían porque aparte de que había tenido ahí a Eunbi, había visitado unas cuantas veces ese hospital por más problemas en sus pulmones.
Cuando Sunghoon y Jay llegaron, Sunoo ya estaba en el quirófano. Tres horas y media después ya estaba en su habitación con su pequeño Jeonhan en brazos llorando por la atención de su adormilado padre
—Hola bebé, tú papi y yo te estábamos esperando, no llores, nosotros te amamos mucho y te amaremos siempre, al igual que a tu hermanita, lo prometo.
Sunghoon por lo mientras hablaba con el doctor
—Señor Park, tuvimos un pequeño problema con la operación pero lo resolvimos, su esposo ya está en piso con el bebé, ya puede pasar a verlo. Está en el cuarto 08 del piso tres, muchas felicidades.
—Muchas gracias, doctor —. Agradeció el azabache con una enorme sonrisa en su rostro —. Pasaré a verlo.
—Sí claro, adelante.
Dicho eso, Sunghoon agradeció nuevamente al doctor y se dirigió hasta la habitación de su esposo, en donde se encontraba con su pequeño hijo. Cuando entró lo vio ahí, recostado en la camilla con el bebé en sus brazos, sonrió ante tan bella imagen.
—Hola amor —. Saludó al rubio dejando por último un beso en sus labios, éste lo miró y le sonrió en grande —. Hola bebé, bienvenido a la familia —. Dijo al bebé, mientras que lo tomaba en sus brazos. Lo miró por unos largos segundos y después dirigió su mirada al rubio —. Es muy lindo, ¿como que se parece a su papá, no?
Sunoo rió y asintió —. Claro, se parece a su papá Sunghoon.
—Hablaba de ti, pero igual sí —. Ambos rieron y entonces se miraron con unas sonrisas en sus rostros.
—Gracias por darme a estos dos pequeños ángeles, Hoon —. Sunghoon negó y le sonrió.
—Gracias a ti por traerlos a la familia.
—Tú hiciste la mayoría del proceso.
—Pero tú decidiste tenerlos, así que todo es gracias a ti.
—Vamos Hoon, no digas eso que me pongo sentimental —. Dijo y el azabache rió.
—¿Sabes cuándo me darán de alta? —. El azabache se lo pensó un poco.
—En unos días tal vez, no creo que sean muchos ya que no fue una cesárea. Sé que no quieres estar mucho aquí pero también tienen que revisar la salud del bebé.
—Pero tú eres doctor, puedes hacerlo tú.
—Si pero no va a ser fácil. Aunque este pequeño se ve muy saludable eh —. Tocó levemente la nariz del pequeño con su dedo índice.
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