Capítulo 35

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DESTINO
|Sara Stone|

 
Pasé una de las noches más largas de mi vida, pensando, solo eso hacía. En primera el bochornoso encuentro con mi ex mientras estaba desayunando con Esteban y como segundo; tuve que terminar algo que no quería por mi propio bien. No podía darme el lujo de sentir ese sentimiento de felicidad con un hombre ajeno.

Bueno, estaba desvelada y para colmo...

Los gritos eran un caos total. Primero el señor Pereira discutiendo con alguien por teléfono y después con la señorita Amelia.

¿Qué habría pasado para que ella saliera en tal estado?

Me acerqué a su oficina e intenté escuchar algo a través de la puerta, pero no había más que silencio. En ese momento el celular que la señorita Amelia me había dado para nuestro uso personal sonó. Señal de que me necesitaba.

— ¿Se puede? — pedí llamando a su puerta.

— Adelante.

Estaba destrozada. Tenía su rostro hinchado y el maquillaje corrido por tanto llorar. Lo que sea que le haya hecho el señor Pereira, definitivamente había sido muy grave. Nunca la había visto así.

Una mujer con su porte y su carácter, que demostraba seguridad y confianza en si misma. Básicamente ella demostraba ser de hierro y ahora parecía de papel.

—¿Ustedes pelearon? — pregunté intentando no parecer chismosa.

—Él... — sollozó — Leonardo, él...

—¿Si...? — la motivé a continuar con un ligero movimiento de cabeza.

— ¡Rompió nuestro compromiso!

— ¡¿Qué?! — no pude evitar gritar. — ¿Por qué él haría algo así?

— Por otra mujer — gruñó entre lágrimas — Estoy segura que fue por la zorra que se mete en su cama cada vez que tiene oportunidad.

— Lo siento mucho, señorita Amelia, yo no tenía idea. He estado con él todo este tiempo, pero no había notado que alguna mujer lo estuviese trastornando de tal manera para llegar a cancelar su compromiso.

—Pues debe mantenerla muy bien escondida el desgraciado. Ni siquiera apareció en el registro de las mujeres que me diste que pasaban tiempo con él — suspiró — Tienes que ayudarme, Ana.

— ¿Qué puedo hacer yo?

— Mañana sale de viaje rumbo al puerto de Castellón y seguro te pedirá que lo acompañes — me miró fijamente — Debes evitar que haga cualquier locura que afecte una posible reconciliación entre nosotros.

— No, señorita, yo no puedo hacer eso — comenzaba a sentirme culpable — Yo de hecho quería comentarle lo de el otro día y creo es momento de que me transfiera.

Habíamos acordado que después de un mes iba a colocarme como aprendiz en el área de mercadotecnia mientras buscaba mi remplazo como secretaria para el señor Leonardo. Aun faltaba tiempo, pero ya no podía esperar mas.

— No puedo hacer eso ahora — me tomó por los hombros — Tu tienes que ayudarme. Eres la única que puede hacerlo.

— No creo ser la indicada...

¡Joder, que me lo estaba besuqueando!

Y ni contar el hecho de que me lo quería dar.

— Tu ascenso podrá esperar — lloró en un lamento — Te lo ruego.... Me lo está robando. Esa mujer quien quiera que sea, me lo está quitando.

LA CHICA DESASTRE ©° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora