La familia búho

Luz

Un año y medio después del nacimiento de su primer hijo Raine y Eda recibieron una noticia similar. Esta vez estaban mas preparades para lo que se venía, el embarazo fue sencillo y casi sin síntomas o malestares.

Raine como la primera vez se demostró estar emocionade con aquella noticia. Mientras cuidaba a su hijo soltaba comentarios sobre un nuevo ser que vendría a hacerles compañía, lo hacía mas para que el bebé estuviera enterado de la situación, aunque Eda le dijo que era tonto por que seguro ni entendía lo que le decía, en el fondo Raine sabía que Hunter entendía bien. 

Eda no era una mala madre, habían confirmado que ella tenía un instinto maternal muy superior al de cualquiera, y no era por naturaleza propia (o de eso quería estar segura), ella atrevía toda aquella sensación a la maldición y se iría a la tumba afirmándolo. Mas aun así la noticia de su embarazo no fue algo que la emocionaría hasta cinco meses después, aquel tiempo se la paso recriminándose y sintiéndose culpable.

Raine no sabía aun que la maldición que la atormentaba desde pequeña había sido heredada hacía su pequeño hijo, sabía que no mantendría esa mentira por siempre pero no estaba lista para aceptarlo, por que si, ella sentía que si lo decía en voz alta estaría aceptando que arruino la vida de su propio hijo.

Pasar por lo mismo una segunda vez le traía recuerdos muy amargos del día de su parto y se preguntaba cada noche si sería igual en esa ocasión, si volvería a ese oscuro lugar para volver a ver aquel huevo eclosionar. Volvió a guardarse aquellos dolorosos sentimientos para ella sola y la idea de interrumpir el embarazo aparecía en su mente por varios días.

Esa idea la descarto cuando el tiempo paso, al ver su vientre abultarse cada vez mas le hacía sentir "mariposas" en el estomago y cierta culpa igual, pero le amaba ya, aunque lo quisiera negarlo, ese pequeño frijolito se había ganado su cariño. 

La culpa fue remplazada con emoción unos meses después, estaban en un nuevo edificio del aquelarre de curación esperando los resultados de su ecografía.

Era una niña.

Estaba recostada con el vientre al aire mientras observaba aquella bola de cristal que transmitía la imagen de su bebé, respiro hondo y dejo que una sonrisa se estableciera en su rostro, no sentía ganas de llorar ni nada parecido, solo sentía aquella bonita sensación que solo sintió hace un año y medio atrás. 

Cualquiera se supiera sobre el tema le hubiera recriminado ser tan egoísta, y ella le importaba menos, ya se mataba mucho ella misma para escuchar la mierda de los demás. 

Decidió mandarle una carta a su hermana, con el apoyo de Raine logro escribir todo sin detenerse a insultarla en algún párrafo, fue una tarde entre risas si recordaba bien. Esta vez fue recibida por mas que una carta de su hermana, esta vez venía con un regalo, rodo los ojos ante la preferencia de su hermana con el genero de su nuevo bebe, recuerda haber leído algo sobre el "legado sigue" en su carta pero no pudo importarle mas.

Los meses pasaron en un parpadeo y cuando se dieron cuenta estaban de nuevo a nada del nacimiento de Luz, nombre que esta vez le fue concedido dar a Raine. Eda tuvo que soportar escucharle en las noches murmurar sobre cual sería el nombre perfecto, si le preguntaban era muy molesto, pero le causaba ternura así que lo dejaba pasar. 

La revelación le llego a Raine una tarde en familia, el día estaba oscuro y una tormenta hirviente azotaba la isla. Eda se encontraba jugando con Hunter en el suelo mientras King "conquistaba" lo que parecía un castillo de cartón. Un fuerte trueno se escucho asustando a los mas pequeños, se acerco hacía su pareja tomando en brazos a King mientras Eda acomodaba a Hunter entre ellos.

Era un momento cómodo que se corto cuando toda la luz abandono la casa, al parecer un rayo había dejado a Hooty indispuesto y con eso la casa búho estaba apagada.